Sobre la crisis en Izquierda Unida
La crisis que sufre Izquierda Unida no es una excepción en un mundo sacudido por la crisis, pero, a mi parecer, contiene rasPasa a la página siguiente
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gos característicos muy subjetivos.
Se pide la disolución de los partidos políticos integrantes, cuando se ha criticado insistentemente el unipartidismo ajeno, si bien es verdad que en la Unión Sovietica el remedio resultó peor que la enfermedad. Pero se trata de casos muy diferentes: allí, con muchos partidos neófitos y poca diversidad político-social correspondiente, mientras aquí son partidos maduros en una coalición ya con prestigio y respaldada por una estratificación popular experimentada.
Los partidarios de la disolución critican al coordinador general su dimisión al frente de Izquierda Unida tras haberle puesto en minoría. ¿No es más digno marcharse al sentirse sin apoyo que esperar a que le echen?
¿Se intentaba que una mayoría de base se sometiera a la minoría en virtud de la regla de tres inversamente proporcional?
Sale a colación "el derrumbamiento del comunismo en la URSS", cuando nunca existió en parte alguna como sistema. En IU hay republicanos, socialistas, comunistas, y, sin embargo, sólo la Monarquía podría, potencialmente, ser derrumbada, en cuanto que es el único poder existente. Para los republicanos, la república es un ideal alcanzado dos veces y perdido; por eso, y por existir en otros países, es alcanzable.
Para los socialistas y comunistas es un ideal alcanzable, si nos atenemos a sus principios fundamentales respectivos: "De cada cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo", y "a cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades".
¿Son cosas indeseables o imposibles? No lo parece, pues todos los días se reclama la distribución más equitativa de recursos y asistencia a necesitados de ella, obteniendo logros, aunque insuficientes. No en disolver, sino en resolver, encontraremos solución.- José Llinares Verdú.
