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España pretende alentar el pluripartidismo en Guinea

El Gobierno español parece proclive a impulsar, con gran discreción, la democratización de Guinea Ecuatorial con motivo del primer viaje que efectuará a la ex colonia el presidente del Gobierno, Felipe González, del viernes 22 al domingo 24 próximos. Un representante de González ha recibido -por primera vez en las últimas 48 horas- a dos destacados miembros de la oposición al régimen del general Teodoro Obiang Nguema, según fuentes diplomáticas.

Deseosos de no indisponer a Obiang en vísperas de la visita, el Ministerio del Portavoz y el de Asuntos Exteriores rehusaron confirmar que el director del Departamento Internacional de Moncloa, José Pons, haya recibido el lunes y martes a Severo Moto, dirigente del Partido del Progreso (democristiano), y a Tomás Mecheba, del Partido Socialista.Otras fuentes, que pidieron permanecer en el anonimato, no sólo confirmaron las entrevistas, sino que precisaron que el asesor presidencial recalcó ante ambos exiliados el compromiso de España de contribuir a la democratización del régimen de Malabo, pero les pidió paciencia al tiempo que lamentó el fraccionamiento de la oposición democrática.

Ni Moto ni Mecheba hicieron declaraciones sobre sus respectivas conversaciones con Pons porque su interlocutor les pidió que fuesen discretos. No en balde las actividades de la oposición guineana en España son, probablemente, el principal punto de fricción entre las autoridades de ambos países.

En los dos discursos que pronunciará al término de las cenas que le serán ofrecidas en Malabo y en Bata, el presidente español hará hincapié en la necesidad de que Guinea se adentre por la senda de la democracia instaurando un sistema político pluripartidista, observando un estricto respeto de los derechos humanos y erradicando la corrupción. "Lo hará en términos no excesivamente contundentes para no herir la susceptibilidad de su anfitrión", precisó un diplomático asociado a la preparación de la visita.

En las sesiones de trabajo preparatorias del viaje ha quedado claro que la visita responde a un doble objetivo: instar a Obiang a emprender reformas que no sean sólo de fachada y alentar a los cooperantes españoles allí destinados que llevan a cabo el programa más amplio de ayuda al desarrollo de los que España ha emprendido.

Los pretensiones españolas no han tenido hasta ahora mucho eco en Malabo. Consciente, según sus propias palabras, "de la necesidad de adecuarse a las nuevas circunstancias internacionales", caracterizadas por una tendencia democratizadora, Obiang organizó el pasado domingo un referendum constitucional que fue interpretado por la diplomacia española como un intento de maquillaje del régimen en vísperas de la llegada de González. La Ley Fundamental aprobada hace tres días establece la inviolabilidad del jefe del Estado hasta el extremo de no poder juzgarle ni siquiera después de su mandato.

Exteriores sugirió entonces a Obiang que cancelase su proyecto o, por lo menos, lo aplazase hasta después de la visita del presidente español para evitar así complicarla aún más. Fue en vano. La consulta, en la que no pudieron participar exiliados como Moto porque se les denegó la entrada, se celebró en la fecha prevista.

¿Expulsión de Efe?

Además de impedir el regreso de Moto y de rechazar la concesión de un visado a una periodista de EL PAÍS, el régimen guineano estuvo a punto de ex pulsar a la corresponsal de la agencia Efe en Malabo por la información elaborada en vísperas de la consulta, según indicó en una carta dirigida a este periódico el número dos de la Embajada de España en aquella capital, José María Rodríguez Cordón. "Para apaciguar los ánimos de las autoridades guineanas ( ... ) y con ánimo de proteger a dicha periodista [de Efe] y evitar su expulsión y así conseguir que se realizase la proyectada visita" de González, Rodríguez Cordón hizo el domingo unas declaraciones en las que aseguraba que "Guinea se encamina segura y fuertemente hacia la democracia, si es que no la tiene ya" (Veáse EL PAÍS del 18 de noviembre). Al embajador en Guinea, Arturo Avelló, ex miembro del Departamento Internacional de Moncloa, las declaraciones de su adjunto le debieron parecer excesivas. Es de suponer que instó a Rodríguez Cordón a explicar en que contexto las había hecho. El pequeño incidente es revelador del nerviosismo con que Moncloa y Exteriores viven este viaje presidencial que González ha demorado desde hace casi nueve años y que aplazó por última vez en septiembre pasado.

Como cualquier desplazamiento presidencial al África subsahariana debía empezar por la ex colonia el presidente se ha abstenido de visitar cualquier país, incluida Angola, dónde España posee importantes intereses económicos.

Tanto los círculos diplomáticos como los cooperantes españoles se preguntan hasta que, punto el empeño español en democratizar Guinea es coyuntural á causa de la visita del presidente, o va a suponer un esfuerzo a largo plazo. Aquellos que conocen Guinea sospechan además que las recomendaciones del huésped tienen escasas posibilidades de prosperar si España no condiciona en parte la continuación de su cooperación con la puesta en práctica de reformas políticas que no sean meramente cosméticas.

Obiang no tiene alternativa a la ayuda de España, ni por parte del extinguido bloque socialista ni de la potencia que tutela a los países de su entorno (Francia). Aunque ha sufrido algún recorte este año los 350.000 ecuato-guineanos recibirán 1.904 millones de pesetas, cantidad que se elevará hasta los 2.550 millones en 1992.

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