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La CE negocia su ingreso en la FAO como miembro de pleno derecho

La Comisión Europea negocia discretamente desde hace meses el ingreso de la CE en la FAO y esta iniciativa de los 'Doce' atravesará una fase decisiva durante las próximas dos semanas en Roma, donde ayer se inauguró la Conferencia bianual de la organización internacional para el desarrollo agrícola y pesquero. La negociación tiene una dimensión claramente política tanto para la CE, que por primera vez se sentaría con plena entidad en una organización internacional, como para los países en vías de desarrollo, que apoyan la iniciativa europea, y para Estados Unidos y Japón, que se oponen a ella.

El ingreso de la CE en la FAO pasa necesariamente por una reforma de los estatutos de esta última, que la definen como una organización de "Estados miembros". La primera labor de los negociadores de la Comisión ha sido, por ello, convencer a la FAO de que la reforma es necesaria, a la vista de que la CE, como resultado del proceso de integración europea, representa ya una nueva realidad internacional que tiene competencias exclusivas sobre materias de interés de la FAO, es decir, en pesca y agricultura.Este principio ha logrado un consenso suficiente en el seno de la organización internacional agrícola, que, durante las reuniones que su Consejo Ejecutivo, de 48 miembros, ha celebrado en Roma estos últimos días, ha debatido aspectos concretos de la reforma estatutaria.

Siendo el ingreso en la FAO, desde la perspectiva comunitaria, un precedente para la presencia plena de la CE en otros foros internacionales -como por ejemplo la ONU, cuando se realice la unidad política-, los Doce no admitirán que la expresión "Estados miembros" sea cambiada por la de "Estados y organizaciones miembros", ya que el vocablo "organización" tampoco resultaría adecuado a la nueva realidad de una Europa unida. Por otra parte, la CE pretende poder intervenir en la FAO con 12 votos cuando las materias tratadas sean de su competencia exclusiva y que los Doce puedan seguir votando individualmente en los temas en que no hayan transferido totalmente su capacidad de decision a Bruselas.

Ciertas diferencias

De este enfoque se han derivado ciertas diferencias, superables, de la CE con algunos países en vías de desarrollo, que han apoyado la iniciativa europea de ingreso con la esperanza de que sus organizaciones regionales puedan llegar a ser miembros de la FAO, aunque sin tener competencias comparables a las comunitarias. En cambio, Estados Unidos y, en menor medida, Japón, han, tendido a imponer condiciones a la reforma estatutaria difícilmente aceptables para la aspiración europea de hablar con una sola voz en la FAO. El argumento más expresado por estos países previene contra la posibilidad de que la presencia de organizaciones internacionales añada confusión a una FAO que ya consideran dominada por el Tercer Mundo y con una fuerte tendencia a endeudarse.

Dichos problemas se seguirán discutiendo esta semana en una comisión de la Conferencia, que deberá aprobar por dos tercios la reforma estatutaria. Solo tras esa aprobación, y a la vista de sus resultados, la Comisión pedirá mandato al Consejo de la CE para solicitar formalmente el ingreso en la FAO. La adhesión de la Comunidad a la organización internacional para el desarrollo de la agricultura y la pesca se produciría, en ese caso, el próximo 28 de noviembre, coincidiendo con la clausura de la Conferencia de la FAO.

Durante la asamblea bianual, inaugurada ayer por el director general de la organización, el libanés Edouard Saouma, la FAO deberá considerar también las demandas de adhesión presentadas por las nuevas repúblicas bálticas, Lituania, Letonia y Estonia, así como la petición de readmisión de Sudáfrica, que fue apartada de la organización por sus excesos racistas.

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