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Un asedio de 35 días

20.000 refugiados en dubrovnik no tienen adónde volver

Dubrovnik amaneció con el ruido de los disparos esporádicos de los francotiradores apuntando desde la montaña hacia la ciudad. Desde sus posiciones en las colinas que rodean Dubrovnik, a menos de 500 metros del mar, el Ejército federal controla todos los movimientos de la ciudad después de 35 días de asedio.El silbido matutino de los francotiradores se transformó a lo largo del día en el estruendo de los cañonazos. A mediodía las detonaciones alcanzaron su punto álgido. El intercambio de, los morteros entre las posiciones montañosas que controla el Ejército y las fuerzas croatas, además de las granadas proyectadas hacia diferentes partes de la ciudad, creaban un imponente ruido, dando la impresión de que vibraban las murallas de Dubrovnik. Varias granadas cayeron cerca dé la torre medieval Lovrijenac, escenario de las obras de Shakespeare, a menos de 200 metros de la principal puerta de entrada al casco viejo de la ciudad. Los buques de guerra apoyaban el ataque de la artillería.

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Dubrovnik parecía una ciudad muerta. Los 60.000 habitantes asediados -en un gueto de pocos kilometros cuadrados, que abarca la ciudad vieja- y las zonas residenciales cercanas- pasaron el día en los refugios. La población de todo el término municipal de Dubrovnik, que se extiende a lo largo de 160 kilómetros de la estrecha franja costera, se concentró en la ciudad. El Ejército federal controla casi toda la franja, salvo la zona urbana de Dubrovnik, atacada ayer por cuarto día consecutivo.

La mayor parte de los refugiados se cobijó en los cinco hoteles construidos en 1976 en la península Babin Kuk, diseñados para albergar turismo de alta categoría. Dos personas murieron y cuatro resultaron heridas ayer: un, muerto y dos heridos eran civiles. Las víctimas cayeron en Babin Kuk, cerca de los hoteles.

En el refugio

El domingo pasado el Ejército disparó directamente contra del hotel Plakir, lleno de refugiados. Nadie murió. Sin embargo, la gente duerme en las, habitaciones con los cristales rotos. La temperatura bajó a cero grados y no hay donde evacuarlos. Tampoco hay donde evacuar a los pacientes del hospital Medarevo, en cuyo jardín cayeron ayer 20 granadas. Los pacientes, incluidos los bebés recién nacidos, están permanentemente instalados en el refugio.

La mayoría de los 20.000 refugiados concentrados en Dubrovnik no tienen a dónde volver. El paso del Ejército por los pueblos de la ribera era devastador: la mayoría de las casas fueron quemadas o destruidas. María Primorac, de la Cruz Roja, no puede hablar sin llorar: "Me han destruido el pasado y los recuerdos. Ni siquiera tengo una foto familiar".

Lo importante es sobrevivir. Desde el comienzo de la guerra en la zona de,Dubrovnik han muerto 53 personas. Pero se cree que el número de muertos es superior. Ni siquiera la Cruz Roja tiene acceso a los pueblos controlados por el Ejército.

Dubrovnik lleva 35 días totalmente asediada. Ni siquiera existe comunicación entre las zonas residenciales de la ciudad. El estuario Rijeka Dubrovacka, enclavado entre las montañas, a tres kilometros del casco viejo, residencia de más de 12.000 personas, se vació. Permanecen unos 2.000 residentes, incapaces de salir del gueto porque el Ejército dispara desde las montañas a cualquier coche que intente huir.

Por otra parte continúan las negociaciones entre los representantes de Dubrovnik y el Ejército federal en Cavtat, a 20 kilómetros al sur de la ciudad.

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