Carreteras y conductores
En su afán por convertirse, por fin, en una Cámara territorial, el Senado, por aquello del tocino y la velocidad, ha hecho una incursión en el tema de la seguridad vial. Y, ¿cómo no?, todo lo que se le ocurre, como a todas las autoridades que se pronuncian periódicamente sobre el tema, es castigar. De una manera u otra, con pesetas, puntos, intimidación..., pero siempre castigar cada vez más.¿Es que nadie es capaz de pensar en la acción opuesta? Es decir, premiar.
Creo que sería más positivo y eficaz que al conductor que llevara un determinado tiempo sin recibir ninguna sanción se le premiara con una reducción sobre, por ejemplo, el impuesto de circulación. ¿No dicen que los accidentes de tráfico son consecuencia en su mayor parte de cometer infracciones y que el coste de la atención a los afectados por un accidente es elevadísimo? Pues entonces, los que no infringen las normas (por tanto, no provocan accidentes), que paguen menos impuestos.
Por otra parte, dada la tremenda injusticia que supone juzgar a todo binomio coche-conductor por el mismo rasero, creo que un
sistema así no caería en desproporciones tan incomprensibles como la de que le pueda costar a una persona el sueldo de un mes cometer una infracción. Esto, además, como vemos en las estadísticas, lo único que consigue es aumentar la recaudación sin disminuir el número de accidentes. ¿No tendrá muchísimo más que ver de lo que se reconoce el estado, pésimo estado, de nuestras carreteras? Cualquier conductor que circule por carretera con mucha frecuencia estoy seguro que contestaría afirmativamente a esta pregunta.-
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