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Una familia gitana del distrito marítimo de Valencia usa escopetas durante un enfrentamientos con payos

Una familia de etnia gitana esgrimió en la madrugada de ayer armas de fuego para defenderse de un grupo de unos 50 vecinos del barrio de Beteró, en el distrito marítimo de Valencia, que se habían concentrado ante su vivienda en actitud agresiva.

Varias dotaciones policiales tuvieron que intervenir, pasadas las dos y media de la madrugada de ayer, para evitar que las agresiones se consurnaran. Los agentes llegaron a disparar al aire hasta conseguir que los enfrentados depusieran su actitud.

La policía sospecha que algunos de los miembros de la familia que ocupaban la vivienda de la calle Amadís de Gaula se encontraban la pasada semana en las denominadas Casitas rosas, del barrio de la Malva-rosa, centro habitual de tráfico de droga y origen de las manifestaciones vecinales contra el narcotráfico.

Los agentes no practicaron ninguna detención, aunque la jefatura de policía de Valencia informó ayer que "se están llevando a cabo las oportunas investigaciones".

En el lugar de los enfrentamientos la policía recuperó una maza medieval, una porra, una garrota y siete cócteles molotov.

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Denuncia vecinal

Alrededor de 50 vecinos de Beteró, un barrio de 7.000 habitantes situado en el distrito marítimo de Valencia, presentaron ayer por la mañana una denuncia en la comisaría contra un grupo de hombres y mujeres de etnia gitana que, según manifestaron, les agredieron durante la madrugada con navajas, pistolas y todo tipo de armas.

Los vecinos, de forma espontánea, se entrevistaron a primeras horas de la mañana de ayer con el delegado de Protección Ciudadana del Ayuntamiento de Valencia, el popular Juan Cotino, que según fuentes municipales, ha enviado una delegación a Madrid con el objetivo de pedir refuerzos policiales ante los numerosos actos de violencia que se están produciendo en la ciudad.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Beteró, Antonio Leal, se presentó ayer en el pleno que celebraba el Ayuntamiento de Valencia para protestar por los sucesos y pedir una mayor protección policial. "Esto es una locura. Los vecinos no cometen agresiones contra nadie. Lo único que hacemos cada día es ponernos en los dos extremos de la calle de Amadís de Gaula, en el número cinco, lugar donde sabemos que hay tráfico de droga y más exactamente en las puertas 3 y 5, manifestó Leal.

El representante vecinal señaló que ante los sucesos de la Malva-rosa y el impedimento que sufren los drogadictos para comprar la droga, todos los heroinómanos se han trasladado a esta zona. Otras entidades ciudadanas del Marítimo ya han denunciado los pasados días el desplazamiento de camellos y traficantes de droga de la Malva-rosa a otros barrios.

"Por esa razón desde hace varias noches encendemos dos fogatas en los extremos de la calle y detenemos a todos aquellos que quieren entrar en el inmueble. No hemos agredido a nadie y el comportamiento ha sido en todo momento ejemplar y no entendemos por qué ayer llegaron esas dos furgonetas llenas de gitanos de fuera del barrio y nos apuntaron con rifles de cañones recortados ", añadió enfurecido.

"Va a ocurrir algo si la policía no interviene y vigila la zona", concluye el presidente de la Asociación de Vecinos de Beteró.

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