La URSS acepta un plan de estabilización 'latinoamericano' para salvar el país
La URSS está dispuesta a aceptar un plan de estabilización similar a los desarrollados en Latinoamérica y a asumir cuantos sacrificios sean necesarios para impulsar su reconstrucción económica, según anunció ayer Grigori Yavlinski -primer responsable de la economía soviética desde el fracaso del golpe de Estado en el foro de la asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI), que se celebra en Bangkok. La misión que el Grupo de los Siete,(G-7) se comprometió a enviar "en breve" a la URSS llegará a Moscú en el plazo de dos semanas.
Yavlinski expuso un duro y ambicioso programa de reformas que permitirán el ingreso de la URSS -como miembro de pleno derecho- en el Fondo Monetario dentro de un año.El nuevo hombre fuerte de la economía soviética afirmó que "los ciudadanos de la URSS se enfrentan en la actualidad a un momento dramático en su historia". "Existe un peligro real de que se intensifique aún más la desintegración económica y el enfrentamiento político", añadió. Y sentenció como conclusión: "Pero lo importante es que el país se mueve; la gente puede no ser ahora feliz, pero tampoco llora".
El realismo con que la URSS asume su crítica situación actual queda patente en la aceptación de que las reformas se realizarán "sobre la base" del informe que está preparando el FMI sobre la coyuntura de su economía. Aumento de impuestos, congelación de gastos sociales o privatizaciones generalizadas son sólo tres de las fórmulas a aplicar, que dejan meridianamente claro por dónde van los tiros.
La nueva URSS debe hacer frente, entre otros, al grave problema presupuestario, en el que los gastos doblan a los ingresos, y al de la deuda, que supera los 70.000 millones de dólares. Para afrontar esta situación, el país cuenta con 240 toneladas de oro, que, según YavIinski, "deberán ser utilizadas para respaldar la economía soviética". Ese oro, según sus datos, pesaba 2.500 toneladas en 1953.
El plan de ajuste de YavIinski establece un conjunto de medidas de estabilización macroeconómica, otro de liberalización de las relaciones económicas, la convertibilidad del rublo, una nueva regulación de la propiedad que abre la puerta a las privatizaciones y otro conjunto de medidas para suavizar el impacto de la transición.
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