Borrell desecha cerrar la M-40
El ministro de Obras Públicas y Transportes, José Borrell, desechó ayer cerrar por el momento la M-40. El tramo norte, que debía pasar junto a la tapia del monte de El Pardo, ha sido descartado. Borrell, que accedió al cargo en marzo, se topó entonces con una auténtica patata caliente de su antecesor, Javier Sáenz Cosculluela, que dejó antes de marcharse una solución definitiva del trazado que disminuía el impacto ambiental inicial. La decisión de Borrell provocó la euforia de los grupos ecologistas que protagonizaron la lucha contra este proyecto y causó "estupor" en el Ayuntamiento.
Los máximos responsables del ministerio reconocieron, hace escasas semanas, que la solución Cosculluela no era la más idónea. El secretario general de Infraestructuras, Emillio Pérez Touriño, admitió que se estaban estudiando alternativas menos erosivas para el medio ambiente, especialmente en la zona de falso túnel prevista sobre la avenida de Valdemarín. El ministro, en última instancia, ha optado por no hacer este tramo de la M-40. Al parecer en el departamento se pone en duda la oportunidad de hacer una inversión de 36.000 millones para construir un tramo mucho más caro que el resto del trazado y que además cuenta con la oposición de los ecologistas. Esta resolución significa, en primer lugar, que en su día, cuando se terminen los tramos todavía por adjudicar (cierre oeste y vía borde de Hortaleza hasta la carretera de Colmenar), la M-40 no será una ronda completa y se quedará con forma de herradura.
La decisión de Borrell se ultimó ayer tras escuchar y aceptar el ministro una propuesta formulada por su secretario de Estado para el Medio Ambiente, Vicente Albero Silla, según informó un alto cargo del ministerio. Albero, que fue nombrado el pasado 3 de mayo, ha tomado partido por la solución ecologista. El ministro de Obras Públicas ha aprovechado la ocasión para, además de dejar contentos a los grupos conservacionistas más beligerantes de la Comunidad, ahorrar una buena cantidad de dinero.
36.000 millones
El último proyecto redactado por el MOPT estaba evaluado en 36.000 millones de pesetas, 8.000 más que el primero que se hizo en 1990. El tramo oeste, que unirá la N-V (Extremadura) con la N-VI (La Coruña), costará 11.000 millones. El presupuesto del trazado ahora descartado se elevó considerablemente por las medidas previstas para reducir al máximo el impacto ecológico. Santiago Martín Barajas, portavoz de Aedenat y la CODA, las dos organizaciones ecologistas que más se significaron dentro de la Plataforma contra el cierre de la M-40 por el monte de El Pardo, aplaudió ayer la actitud del secretario de Estado de Medio Ambiente. "Es una gran victoria de la sensatez y el respeto hacia el medio ambiente frente al desarrollismo y la apuesta ciega por el asfalto y el empleo del vehículo privado", comentó.
Los ecologistas pedirán ahora "que se dedique el dinero que se iba a emplear en esta obra al transporte colectivo y en especial los servicios de cercanías". Martín Barajas había calculado los efectos de este proyecto sobre el encinar de El Pardo en la destrucción de más de 3.000 árboles de gran tamaño.
Ni el Ayuntamiento, ni la Comunidad de Madrid, socios del MOPT en el Plan de Accesos que preveía el cierre de la M-40, conocían ayer la decisión ministerial. Peciro Areitio, gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid," no dudó en admitir su "estupor". Areitio no se creyó el argumento de los posibles intereses medioambientales de la zona y apuntó su explicación hacia los recortes presupuestarios. El Ayuntamiento estaba redactando los expedientes de expropiación de la zona.
El primer teniente de alcalde, Luis María Huete, calificó de "barbaridad" la suspensión del proyecto. "Van a dejar el traje a medias. ¿Así quién se lo puede poner?". Según Huete, "esta decisión perjudicará a toda la región. La M-40 no servirá, si no está cerrada. No lo dice un ingeniero, lo dice el sentido común".
Julián Revenga, nada más tomar posesión en julio de la Consejería de Transportes, aseguró que "no era prioritario cerrar la M-40". Revenga, que ha gestionado durante seis años el transporte público de la región, comentó que esa zona de la ronda "no tiene tanta importancia desde el punto de vista de la población como el tramo oeste [entre la N-V y la N-VI, cuyas obras aún no han comenzado]".
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