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El juez Thomas se enfrenta hoy a una votación histórica sobre su conducta sexual

El Senado norteamericano vota hoy en la capital federal la confirmación del juez Clarence Thomas como nuevo miembro del Tribunal Supremo. Se trata del último capítulo de un escándalo que ha mantenido a este país frente al televisor durante los últimos tres días. Thomas, acusado por la profesora Anita Hill de acosarla y chantajearla sexualmente en 1982, ha negado todas las acusaciones. El resultado de la votación final es una incógnita, ya que muchos senadores han declarado que Thomas cuenta a su favor "con el beneficio de la duda".

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El Senado se enfrenta hoy a una de las votaciones más polémicas de la historia de la Cámara. Nadie, ni tan siquiera quienes han podido pulsar la opinión de todos los senadores, puede predecir qué va a ocurrir esta noche. Las encuestas indican, sin embargo, que Thomas podría beneficiarse por las dudas planteadas por la declaración de Anita Hill y podría alcanzar la plaza vacante del Tribunal Supremo, la más alta instancia judicial de este país y el organismo creado para hacer cumplir la Constitución.De hecho, un sondeo realizado en la tarde del pasado domingo por el diario USA Today indica que el 55% de los norteamericanos, tanto hombres como mujeres, se pronuncia a favor de la confirmación del juez Thomas. Otra encuesta realizada por Los Angeles Times arroja una mayoría (51%) partidaria del juez, porcentaje que sube hasta el 6 1 % entre la comunidad negra, informa France Press.

La respuesta final en el caso Thomas está en manos de cinco o seis senadores demócratas que podrían desnivelar la balanza en el último minuto. Ninguno de los 54 senadores -41 republicanos y 13 demócratas- que declararon su apoyo al juez Thomas antes de que se hicieran públicas las acusaciones de Anita Hill ha anunciado que vaya a votar en contra del juez, pero no significa que no cambien de opinión a última hora.

El Senado norteamericano tiene 100 escaños, 43 republicanos y 57 demócratas. Los sondeos indicaban anoche que Thomas tenía seguro a su favor un total de 46 votos, según la cadena de televisión ABC, y 48 según la NBC, pero en cualquier caso su designación no estaba clara.

Según el reglamento de la cámara, en caso de empate a 50 votos, el presidente del Senado, el vicepresidente del Gobierno, Dan Quayle, tiene la posibilidad de ejercer voto y desequilibrar la balanza. Quayle votaría a favor de Thomas, propuesto personalmente por el propio presidente, George Bush.

El protagonismo del caso Thomas ha dejado de estar en manos del juez o de la propia Anita Hill. Los senadores son desde ayer quienes tienen voz cantante en este drama, que ha apasionado a los norteamericanos, hasta el punto de tenerles encerrados en casa durante todo el fin de semana siguiendo a través del televisor las audiencias del Comité Judicial del Senado, dedicadas los dos últimos días a escuchar los testimonios favorables al juez Thomas y a Anita Hill.

El beneficio de la duda

Joseph Liebermen, un senador demócrata de Connecticut, ha declarado que Thomas "se benericiará de la duda", aunque los republicanos Bob Packwood (Oregón) y James Jeffords (Vermont) continúan contrarios a la elección de Thomas. Packwood y Jeffords son los dos únicos senadores republicanos que se oponen al juez Thomas. El senador Robert Dole, de Kansas, una de las voces republicanas con más prestigio de la cámara, declaró ayer que no sabía cómo iba a votar el Senado. "Es una votación cerradísima, lo era hace una semana cuando se suspendió la votación y lo continúa siendo hoyLa suerte del juez Clarence Thomas no depende tampoco de la opinión de los 14 miembros del Comité Judicial del Senado, que continúan empatados matemáticamente a favor y en contra del juez. Tampoco los senadores de los Estados sureños, que hace una semana habían anunciado su, voto a favor de Thomas, han explicado cuál va a ser su voto. La decisión está en manos de cinco, a lo sumo seis, senadores demócratas que antes apoyaban a Thomas y ahora pueden cambiar su voto tras haber escuchado las alegaciones de Anita Hill.

La mayor parte de los senadores que anunciaron hace una semana públicamente que iban a apoyar al juez han pasado el fin de semana en sus Estados de origen siguiendo las audiencias y reunidos con sus ayudantes. Algunos de ellos, como Jim Exon, de Nebraska, declaró ayer que no quería opinar sobre su voto porque aún estaba revisando los textos de las personas que han declarado ante el comité. George Mitchell, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, ha declarado que "el voto final será un voto de conciencia, no un voto político". Quien sí ha votado ya, y lo ha hecho a favor de Thomas, ha sido el secretario de Salud y servicios Sociales, Louis Sullivan, de raza negra, que manifesó ayer sin reservas su apoyo al juez. "Le conozco y no hay nada obre él o en su historia que me leve a creer que las cosas de las que ha sido acusado realmente han ocurrido", dijo Sullivan, informa Reuter.

Sea cual sea el veredicto del Senado, lo que está claro es que el escándalo protagonizado por el juez Thámas ha transformado la manera en que los norteamericanos se planteaban el problema del acoso sexual.

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