La supervivencia de las minorías
Mientras la distensión en algunas partes de Croacia devolvió la vida a su cauce cotidiano, Bosnia-Herzegovina lucha por evitar la extensión de la guerra a su territorio. Los tres partidos nacionalistas -el musulmán, el serbio y el croata- que comparten el poder se reunieron ayer para intentar buscar la fórmula de convivencia. Fueron estos mismos partidos los que contagiaron con el virus de la guerra a Bosnia. El presidente de Bosnia, el musulmán Alija Izetbegovic, propone la declaración de soberanía de esta república. Radovan Karadzic, líder serbio, rechaza esta propuesta: Bosnia quedará en Yugoslavia o los serbios se separan. Más de 300.000 personas en Bosnia están armadas.La presencia de los reservistas montenegrinos y serbios del Ejército federal en Herzegovina ha aumentado la tensión étnica. El comportamiento particularmente agresivo de los montenegrinos ha provocado la huida de la población. Ayer, por ejemplo los soldados disparaban a¡ aire al atravesar la ciudad de Tuzla. Sus balas alcanzaron una mezquita donde 30 personas estaban rezando.
Los bosnios, totalmente aislados en el centro de Yugoslavia, con las vías de comunicación cortadas, sufren una escasez total de gasolina y comienzan a menudear los alimentos. El hambre y el frío se avecinan, pero nadie protesta. Sólo si se evita la guerra. Las aspiraciones de la población se han reducido al mínimo: sobrevivir. La guerra se ha evitado hasta el momento gracias "al equilibrio del miedo".
En La Haya, Cyrus Vance, enviado de la ONU a Yugoslavia, tiene previsto participar en las conversaciones con las minorías étnicas para completar así el informe que será elevado al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a su regreso a Nueva York, informa Isabel Ferrer desde Amsterdam. Otro de los grandes viajeros de esta crisis, el holandés Henri Wijnaendts, coordinador de la conferencia de paz, recibirá el próximo jueves a representantes de la minoría serbia en Croacia.
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