El vudú irresistible
Los ritos del vodún africano han pasado por Madrid sin pena ni gloria. El Quinto Centenario, que no ha escatimado un avión particular para que el grupo haitiano, en pleno golpe de Estado, pudiera cumplir el contrato, ha olvidado la publicidad. El teatro Apolo estuvo todos los días semivacío, y el pretendido encuentro entre culturas quedó falso.Los tres grupos fueron de interés creciente. Desde el modesto Kutumba al interesante Bacoulou -que perdía concentración y fuerza en coreografías de modern dance sin ningún valor-, y finalmente el espléndido Hwerido na Bua, de Benin, que mostró con mayor pujanza las ceremonias rituales y ofrendas de la etnia font a sus divinidades vodún.
La comprensión de los distintos ritos y sus normas no se desveló en el escenario, ni el significado de máscaras, colores, atributos y cantos sagrados, pero su espectacularidad y belleza fueron suficientes. La fuerza de la raza negra con su implacable ritmo -en ocasiones la comunión de músicos y danzantes rozaba el colapso y se instalaba en un casi nirvana con percusiones delicadísimas- producía una contagiosa excitación. Los bailarines de Benin traspasaron a la sala el verismo y la alegría de su entrega a formas de vida antes religlosas y ahora folclóricas, envueltos en cantos corales bellísimos y con el gancho de su espectacularidad física.
Encuentros África-América
Grupo Kutumba, de Santiago de Cuba; Bacoulou, danzas de Haití; Hwerido na Bua, danzas de Benin. Madrid, teatro Nuevo Apolo. Quinto Centenario. Madrid, del 8 al 13 de octubre.
El vudú quedó desatanizado en una ceremonia irresistible, racial y satisfactoria, que el público compartió.
Babelia
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