Los socialistas franceses analizan su crisis y la conversión a la socialdemocracia
A los 10 años de su llegada al poder, el Partido Socialista francés (PS) tiene la moral por los suelos. Los socialistas no se identifican con el impopular Gobierno de Edith Cresson, comienzan a dudar de las capacidades del presidente, François Mitterrand, y están convencidos de que sufrirán serios descalabros en las elecciones regionales de 1992 y las generales de 1993. En ese clima derrotista, una convención nacional del PS estudia hoy y mañana el proyecto socialista para el año 2000, un texto que proclama formalmente la conversión a la socialdemocracia.La primera gran transformación del PS fue la que le convirtió de partido que quería "cambiar la vida" en eficaz máquina electoral al servicio de Mitterrand y los barones socialistas. Hoy, sin embargo, el partido fundado por Mitterrand en 1971 es todavía la primera formación política de Francia, pero las encuestas le otorgan el 25% de las intenciones de voto, un 13% menos que en 1988.
Y es que, en apenas una de cada, el PS se ha transformado en una mera agrupación de notables. De sus 180.000 militantes, 80.000 cobran un sueldo de las diversas administraciones públicas, sea como cargos de elección popular, sea como altos funcionarios. Los intereses de ese lobby tienen tanto o más peso que las clásicas corrientes políticas e ideológicas.
La defensa del Gobierno de Edith Cresson tampoco es capaz de cimentar las filas socialistas. La primera ministra no ha dado ningún nuevo impulso a la acción gubernamental socialista y su impericia siembra dudas respecto a la habilidad de su padrino, el hasta ahora considerado casi infalible Mitterrand. En 1981, los socialistas llegaron al poder con la voluntad de "romper con el capitalismo" y "restablecer la moralidad en la vida pública". A finales de este año, Francia contará con tres millones de parados, mientras el PS se ha convertido en sinónimo de escándalos financieros.
Guerra de sucesión
El pasado julio, sin embargo, los barones del partido firmaron un armisticio en su guerra por la sucesión de Mitterrand y anunciaron la celebración, el próximo diciembre, de un congreso extraordinario dedicado a la definición de los fundamentos ideológicos y políticos del PS. El texto básico de los trabajos, titulado El Nuevo horizonte y que se empieza a estudiar hoy, define el proyecto socialista para el año 2000. Su palabra clave es "complejidad". Francia, el mundo entero, han entrado en "la era de la complejidad". Ello obliga a los socialistas franceses a aceptar su conversión a la socialdemocracia.El texto hace con sinceridad el balance del mitterrandismo. Tras evocar el reinado del dinero, el declive del sindicalismo, la debilidad del Parlamento, la descentralización inacabada y la emergencia del Frente Nacional, proclama: "El ejercicio del poder desde 1981 ha transformado más a la izquierda que a la sociedad".
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