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Negociaciones para garantizar la tregua en Croacia

Las condiciones establecidas en el nuevo alto el fuego entre las fuerzas armadas croatas y el Ejército federal yugoslavo -el octavo desde el comienzo de las hostilidades- no se habían cumplido ayer. Las negociaciones continuaron pero las barricadas y zonas minadas en la capital croata, Zagreb, y el bloqueo militar de los dos grandes cuarteles se mantenían, mientras en los edificios públicos y particulares se reforzaban las medidas de protección contra el efecto de las bombas en una clara manifestación de la desconfianza en la tregua.

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La realidad contrastaba con el anuncio efectuado por la mañana en Zagreb por el portavoz de la misión de observadores de la Comunidad Europea (CE), Simon Smits, según el cual, el levantamiento simultáneo del bloqueo de los puertos croatas de la costa adriática por la Marina de guerra yugoslava y el de los cuarteles del Ejército sitiados por las fuerzas croatas debía comenzar a partir de las 3 de la tarde.

El Parlamento de Croacia, por su parte, declaró a Serbia y al Ejército federal como agresor e hizo un llamamiento a la población para la defensa del país con todos los medios a su alcance". Exigió que "el Ejército agresor e invasor se retire de inmediato del territorio croata" y deje abandonar sus filas a los ciudadanos croatas que aún sirven en él. Asimismo, pidió el reconocimiento internacional de la CE y de las Naciones Unidas, se comprometió a cumplir todos sus compromisos con otros Estados y ratificó la participación de Croacia en la Conferencia de Paz. Esta se reanuda hoy en La Haya con la presencia de los presidentes de Croacia y Serbia, Franjo Tudjman y Slobodan Milosevic y el ministro de Defensa, Veljko Kadijevic.

La CE tiene la esperanza de poder confirmar a este máximo nivel la tregua lograda en un intento de que tenga más larga vida que las anteriores.

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Durante la jornada de ayer se produjeron, varios ataques de morteros y artillería del Ejército federal y la guerrilla serbia contra Vukovar, Vinkovci y Okucani, en Eslavonia; en Sisak, en la región de Banija; y en algunas aldeas de la Dalmacia interior, si bien con menor intensidad de la acostumbrada.

Crecían, sin embargo, las dudas sobre la posibilidad de mantener este alto el fuego que no satisface a ninguna de las partes contendientes. Dirigentes croatas, entre ellos el presidente del Parlamento, Zarko Domljan, manifestaron que el desbloqueo del cuartel de Borongaj, en el este de la capital croata, estipulado en el acuerdo del martes pasado, es contraproducente para la seguridad de Croacia mientras no se sepa el destino de sus tropas y armas.

Los mandos croatas temen que esta tregua sólo sirva para que el Ejército se reagrupe, en un momento en el que la suerte militar en algunos puntos del frente había cambiado por primera vez en favor de las fuerzas de Zagreb. Los contrarios al levantamiento del bloqueo de los cuarteles arguyen que autorizar la salida de las tropas asediadas con todo su armamento equivale a dejarlas reforzar el frente, y perder una ventaja significativa, a cambio de nada, ya que la Marina de guerra federal podría reinstaurar cuando deseara el bloqueo de los puertos que promete levantar a cambio de la libertad de movimiento para el cuartel de Borongaj.

Karlo Gorinsek, jefe de las fuerzas croatas en la zona de Osijek, una de las regiones más devastadas por la guerra y parcial mente ocupada por la guerrilla serbia y el Ejército, denunció ayer que las fuerzas federales y serbias están utilizando la tregua para reagruparse, y consolidar sus posiciones en Eslavonia oriental y occidental.

Un ejemplo del incumplimiento de los términos del acuerdo de alto el fuego se producía ayer por la tarde en Zagreb.

Cuartel de Borongaj

"Venimos a ver si se ha cumplido con la decisión de levantar el bloqueo. Vemos que no es así. Volveremos mañana". Tras decir esto a un grupo de oficiales de la Guardia Nacional croata fuertemente armados con ametralladoras, bazokas y lanzagranádas, los tres observadores de la CE se alejaron a las cuatro de la tarde de ayer de la entrada principal del cuartel de Borongaj. Habían pasado 16 horas desde la firma del acuerdo y las barricadas, de camiones cargados con piedras, crucetas de vigas de acero y decenas de minas antitanque, protegidas por la élite de la Guardia Nacional seguían intactas.

Entre 300 y 500 soldados federales se hallan bloqueados en este cuartel en el que las fuerzas croatas consideran que hay también un armamento que les es vital para una guerra que nadie cree concluida con la tregua.

"Dejarlos salir con sus armas como dice el acuerdo es un disparate", dice Darío, un contable cuya casita con su jardín está en la primera línea de fuego en un eventual enfrentamiento entre cercados y asediantes. Desde hace semanas duerme con su mujer y sus hijos en el sótano ante los constantes tiroteos entre el cuartel y los nidos de ametralladora junto a su casa.

[Por otra parte, el Tribunal Constitucional de Yugoslavia "anuló" ayer la declaración de independencia de la república de Eslovenia por considerarla inconstitucional, según informó la agencia Tanjug.]

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