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Justicia cree que el presunto 'narco' Oubiña ha dirigido su red desde la cárcel 'ayudado' por dos funcionarios

Laureano Oubiña Piñeiro, encarcelado desde junio de 1990 acusado de ser uno de los presuntos jefes del narcotráfico en Galicia, ha tenido la posibilidad de seguir dirigiendo sus negocios desde la prisión gracias a la colaboración supuestamente prestada por dos funcionarios, según fuentes del Ministerio de Justicia. Uno de éstos, según los citados medios, es el jefe de los servicios médicos de la prisión de Zamora, que ha sido suspendido de sus funciones por Justicia, y el otro es un auxiliar de la enfermería, contra el que se ha abierto un expediente disciplinario.El supuesto jefe gallego fue detenido en el curso de la denominada Operación Nécora -en junio del 1989- dirigida por el juez Baltasar Garzón contra las organizaciones de narcotraficantes de Galicia. Los arrestados fueron ingresados inicialmente en la prisión de Alcalá-Meco. El juez ordenó su incomunicación, pero días más tarde se descubrió que los narcos se habían reunido en la celda de uno de ellos.

Tras el escándalo, Garzón dispuso que los detenidos fueran dispersados y trasladados a otras prisiones. Laureano-Oubiña ingresó el 20 de junio de 1990 en la prisión de Zamora y al día siguiente pasó a la enfermería por orden del jefe médico, José Miguel R. G., alegando que el recluso estaba obeso y era hipertenso.

Nueve meses más tarde, el director de la cárcel comprobó que Oubifia seguía viviendo en la, enfermería por un dictamen clínico que confirmaba el diagnóstico inicial, según han informado fuentes de Justicia. Esta situación era contraria a la que reiteradamente había expuesto la junta de régimen del establecimiento.

A partir del pasado marzo, el director ordenó que se intensifi caran los registros en la celda de la enfermería ocupada por Oubiña. En uno de los cacheos, los funcionarios descubrieron 56.000 pesetas (el máximo autorizado es 6.000 a la semana), carne cruda y otros objetos.

En abril de 1991, el director de la cárcel de Zamora tuvo que reconocer, en un informe a Justicia, que Laureano Otibifia "ha pretendido vivir en el centro en situación de privilegio", llegando a solicitar que le sirvieran lamón de pata negra y salmón ahumado". Justicia cree que estos privilegios de que gozaba el presunto narcotraficante "potencian las sospechas de posibles implicaciones de funcionarios en actuaciones de cobertura y apoyo en tales menesteres".

La Secretaría General de Asuntos Penitenciarios tiene constancia de que Oubifia logró sacar al exterior cartas y realizar llamadas telefónicas, "posiblemente desde el despacho médico de la enfermería". La Inspección General Penitenciaria ha confirmado que en la cárcel de Zamora había "cierta laxitud" en el control del supuesto narco.

Fuentes de Justicia sostienen que Oubifia, gracias a su especial situación, pudo seguir controlando sus negocios desde la cárcel, aunque no disponen de pruebas para afirmarlo con rotundidad.

El jefe del equipo médico de Zamora ha explicado que el recluso estuvo durante meses en la enfermería por padecer obesidad y alteraciones hepáticas. Pero curiosamente, en vez de adelgazar, ganó peso. Por ello, el doctor José Miguel R. G. ha sido suspendido cautelarmente por mantener a Oubiña en la enfermería "sin base clínica suficiente". Sobre el auxiliar Sebasfián D. R. recaen sospechas de "haber otorgado favores" y permitir mantener correspondencia clandestina a Oubifia. Esta conducta constituye una falta muy grave, por lo que se le ha abierto un expediente disciplinario.

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