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Los españoles evacuados de Zaire temen que la violencia dañe a la comunidad religiosa
Un total de 57 españoles, en su mayoría miembros de órdenes religiosas, llegaron en la mañana de ayer a Madrid en un Hércules del Ejército del Aire evacuados de la violencia que asola la capital de Zaire, Kinshasa. Todos ellos temen que la rebelión en ese país africano se agrave en los próximos días si el dictador Mobutu Sese Seko no cede a las presiones populares. Todos ellos temen que la violencia se extienda a la comunidad religiosa, que hasta el momento ha sido respetada.
El Hércules C-130 que aterrizó en la madrugada de ayer en la base aérea de Getafe (Madrid) transportaba a otros 15 evacuados de nacionalidades portuguesa, francesa, argentina y chilena, principalmente. De los españoles, todos eran religiosos, salvo un laico, Vicente Baeza Berenguer, natural de Alicante, quien dirigía un casino en Zaire, país en el que residía desde hace 20 años. Los repatriados creen que el pillaje contra las viviendas de los blancos europeos puede extenderse en los próximos días contra las propiedades de los negros ricos, para, finalmente, afectar a las comunidades religiosas. La única solución que ven es que el Gobierno del dictador Mobutu Sese Seko acceda a la petición de subida de salarlos que exige la población, apoyada por los militares y policías.Carmen Viñeidas, una religiosa que lleva 23 años en África, aseguró que su comunidad, situada en las afueras de Kinshasa, no había sido atacada por el momento, pero agregó que la situación de desabastecimiento es total, con todos los comercios destruidos. Añadió que Incluso en el aeropuerto habían sucedido actos de pillaje. Rosario Peña, también religiosa, contó cómo había visto la destrucción de almacenes y fábricas: "No han dejado nada en pie".
Enfrentados
El párroco de la iglesia de San Alberto, José Ignacio Latasa, declaró que sus feligreses están divididos entre personas ricas y muy pobres, que se han visto enfrentados estos últimos días. "El pasado lunes, de madrugada, los pobres invadieron mercados, farmacias, entraron a saco en las viviendas de los blancos y se llevaban todo, aunque no atacaban a las personas".Añadió que "por ahora han perdonado a los negros ricos, pero si no Cambia la situación, pronto irán por ellos".
Gabriel Serrano, un religioso natural de Salamanca cuya misión está en el oeste de Zaire, manifestó que la situación en esa zona del país es de mucha más calma que en Kinshasa y, aunque también presenció actos de pillaje, no había tanta violencia como en la capital, informa Europa Press.
Antes de aterrizar en Getafe, el Hércules hizo una escala técnica en la noche del pasado domingo en la base aérea de Gando (Gran Canaria). Allí muchos de los repatriados aseguraron que piensan regresar a Zaire "cuando, la situación se normalice", informa Carmelo Martín.
Los testimonios ofrecidos por estas personas en esa breve escala dibujan un clima de violencia y saqueo en Kinshasa. Los blancos son las víctimas directas de esta agitación. "Los comercios y las propiedades de las familias de raza blanca constituyen el objetivo del pillaje generalizado en la capital", señaló Eduardo Villegas, de 62 años, tras dos días de estancia en Zaire.
Varias de las religiosas repatriadas lamentaron la circunstancia de su salida del país en una operación dirigida por la embajada de España, ya que temen por el futuro de los más de 400 misioneros que permanecen en dicho país.
A pesar de la inestabilidad existente en Zaire, el consejero de la Embajada española, Alberto Buitrón, quien ha coordinado la operación de evacuación, indicó en la base aérea de Gando que "la situación ha mejorado, si bien los europeos no salen a la calle dado el ambiente de tensión".
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