Sobre 'El ocaso del pensamiento'
El profesor Gabriel Jackson arremete, en su artículo El ocaso del pensamiento (EL PAÍS, 8 de septiembre de 1991), contra la nueva izquierda norteamericana de los años sesenta, lamentándose de que ésta se hubiera olvidado de los principios básicos del pensamiento democrático anglofrancés-americano; a saber, la defensa de unos valores superiores con el respeto a la vida y a la libertad individual, entre otros. Si dichos valores, sin duda muy respetables, pueden aplicarse hasta el límite de no cuestionar que la Dow Chemical reclute licenciados de la Universidad para seguir fabricando napalm y arrasar Vietnam, o para permitir que la CIA intervenga en cualquier parte del mundo forzando a todos los pueblos a seguir los dictados de Washington, creo que, o los citados valores son de universalidad discutible, o hay gente haciendo un mal uso de ellos que bien podrían ser calificados de cínicos. Resulta, cuando menos frívolo reclamar el derecho a estar a favor de la guerra de Vietnam en nombre de la libertad individual de pensamiento, cuando se está opinando sobre otorgar el derecho a la vida de los demás (todos los que murieron en dicha guerra). El señor Jackson no debería olvidar que el uso de la violencia no es exclusivo de los marxistas, seguidores de Nietzsche y Marcuse, y de otras filosofías antirracionales y antidemocráticas, sino que también los herederos del pensamiento democrático recurren a ella con inusitada frecuencia.-
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