El INI constituye la sociedad anónima INISA para agrupar las empresas rentables
El Instituto Nacional de Industria (INI), que hoy cumple 50 años, constituirá una sociedad anónima, denominada Instituto Nacional de Industria, S A (INISA), en la que se integrarán las empresas rentables y dejará la posibilidad de dar entrada a nuevos accionistas en su capital y de captar participaciones de otras sociedades. El resto de empresas, consideradas no viables, dependerán del propio INI, como sociedad estatal independiente, del que dependan dichas empresas. La operación se incluirá en los Presupuestos de 1992, que otorgarán al INI una subvención de 110.000 millones.
El plan elaborado por los responsables del INI ya ha recibido todos los parabienes de los Ministerios de Industria y Economía. De hecho, el presidente del Instituto, Javier Salas, y el titular de Industria, Claudio Aranzadi, ultiman en estos días sus contactos para definir la estructura financiera futura. Sus presiones han servido para que, definitivamente, Economía se haya comprometido a otorgar al INI, vía Presupuestos, 110.000 millones frente a los 90.000 inicialmente barajados.Con esta inyección, el Instituto tendrá que cubrir las pérdidas de sus empresas y dotar capital a la nueva sociedad INISA, además de enfrentarse a su endeudamiento, que supera los 300.000 millones. El INI se desengancha de los Presupuestos en 1993. No obstante, todas las empresas que queden vinculadas a la sociedad estatal (internamente se la denomina INISE) contarán con contratos-programas o planes por los que recibirán las subvenciones del Estado en años siguientes.
Las principales empresas que dependerán de la sociedad estatal son las siderúrgicas, las mineras, las de armamento y las de construcción naval. Queda la duda de si se incorpora a este grupo la Empresa Nacional Bazán de Construcciones Navales Militares, aunque, según fuentes consultadas del grupo, existen más posibilidades de que sea así que de que pase al grupo bueno INISA.Salidas a Bolsa
INISA, a la que el INI transferirá los derechos accionariales de las empresas que aglutinará y que dejarán de depender de los Presupuestos, llevará a cabo el desarrollo estratégico ideado por el actual equipo del Instituto. El esquema se caracteriza, de un lado, por ampliar la base accionarial de las empresas públicas del grupo dando entrada a otros grupos privados que inyecten capital o colocando paquetes accionariales en Bolsa y, de otro, por tomar participaciones importantes en otras sociedades o grupos privados, preferentemente nacionales. Según Javier Salas, el objetivo del INI es reforzar la estructura del grupo dentro del contexto europeo y mantener el control de sus empresas "aun perdiendo la mayoría absoluta" y pudiendo cruzar participaciones con otros grupos.En la estrategia de INISA también se contempla, a largo plazo, la posible salida a Bolsa de esta empresa como tal, al igual que ocurrió con Repsol cuando se creó como sociedad anónima controlada por el Instituto Nacional de Hicrocarburos (INH). El INI se convertiría en el principal accionista al igual que el INH lo es de Repsol. No obstante, a más corto plazo parece más sencilla la colocación de paquetes de algunas de sus sociedades.
Estos objetivos de expansión con que cuenta INISA no significan que en este grupo no vayan a incorporarse empresas que en estos momentos arrastran pérdidas. Es el caso de la compañía aérea Iberia, que este año presentará un cuadro clínico muy delicado con unos números rojos cercanos a los 50.000 millones de pesetas.
Aranzadi explicó ayer en el Senado la segregación. Mientras, el secretario de UGT-Metal, Manuel Fernández Lito repitió en Valencia: "estoy convencido que todo el grupo está en venta, salvo Endesa", informa Cristina Vázquez.
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