Arabia intenta impedir que suba el precio del petróleo
El Gobierno de Arabia Saudí quiere impedir que la Organización de Países Productores de Petróleo (OPEP) alcance un acuerdo para incrementar los precios, en la reunión que empieza hoy en Ginebra. De los 13 socios de la organización, los restantes 12 consideran que el mercado internacional está perfectamente preparado para encajar un encarecimiento moderado, que calculan en dos o tres dólares por barril. Ello acercaría el precio a los 21 dólares que el cartel se fijó como objetivo en su reunión de primavera. La reunión cuenta con una dificultad añadida: el regreso de los 4,1 millones de barriles que exportaban Irak y Kuwait antes de la invasión.
Las dos corrientes dentro del cartel vuelven a enfrentarse en esta reunión. Por un lado, los países partidarios de mantener la producción actual, que supera concreces el techo oficial (22.3) y porducen 23,5 millones, y dar así el empuje definitivo a los precios para que alcancen los 21 dólares (este año no han llegado a superar una media de 18,38 dólares). Por otro Arabia Saudí, que prefiere aumentar la producción y garantizar así la estabilidad del mercado a costa de no subir precios. La posición del país Saudí, que prové el 15% de la demanda mundial, se ve reforzada por la vertiginosa caída de las exportaciones soviéticas, que han pasado de 3,1 millones de barriles al día el último semestre de 1990 a 2,3 millones el primer semestre de este año.
La fuerza del mercado
Arabia Saudí, más interesada en mantener su industria refinera a pleno rendimiento que en incrementar sus ingresos directos por venta de crudo, mantiene su habitual política de oposición a la mampulación del mercado mediante la fijación de límites a la producción". Pero en esta ocasión es el propio mercado el que parece dirigirse al alza. Kuwait, el tradicional aliado de Arabia Saudí, sufre ahora graves limitaciones en su capacidad de producción debido a la guerra del Golfo, y por una vez parece ver con buenos ojos la idea de establecer el precio de 21 dólares como mínimo deseable. Son, pues, 12 contra uno.
Estas posiciones se pusieron de manifiesto ayer, en un seminario organizado en Londres por el Centro de Estudios Globales de la Energía que financia el antiguo ministro del Petróleo saudí, jeque Yamani. La mayoría de los asistentes, entre ellos el presidente de la Conferencia de la OPEP, el ministro venezolano Celestino Armas, consideraron correcta la predicción de unos precios más altos a partir de este invierno, formulada por el secretario general de la organización, el indonesio doctor Subroto.
Subroto señala que la OPEP había calculado en su última reunión una demanda internacional de su petróleo no superior a los 24 millones de barriles diarios. Este cálculo deberá ser revisado, sin embargo, por la caída de la producción soviética cifrada como mínimo en un millón de barriles diarios. El aumento de la demanda, unido a la incapacidad de la OPEP para lanzar más crudo al mercado (en estos momentos casi todos los socios están cercanos al 100% de su capacidad) debe elevar los precios, según Subroto. Especialmente si el invierno es, tal como prevén los meterólogos, frío en el hemisferio norte. Los principales productores de la OPEP no parecen estar en condiciones de cubrir ese aumento de demanda. Incluso Arabia encuentra problemas para mantener el frenético ritmo de extracción que inició en otoño de 1990.
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