_
_
_
_
_

Los 'muyahidin' croatas

La vieja guardia radical ustasha renace en el territorio secesionista

Llegaron una noche armados hasta los dientes y ocuparon la sede de la Asociación Croata de Artes Plásticas, en la plaza del Rey Tomislav, en pleno centro de Zagreb. En tan sólo cinco días, los milicianos del Hrvatska Stranka Prava (HSP) o Partido del Derecho Croata, y su brazo armado, Hrvatska Obranbeni Prava (HOP), han convertido lo que era un hermoso edificio en una fortaleza militar, en la que se amontonan las cajas de municiones, armas ligeras y hasta misiles tierra-aire. La estética y las maneras de estos hombres uniformados con trajes de camuflaje difieren considerablemente de las fuerzas de la policía y de la Guardia Nacional croata, a las que acusan de no actuar con la suficiente contundencia ante el Ejército yugoslavo.Los dirigentes del HOP aseguran que sus unidades están encuadradas dentro de la Guardia Nacional, aunque no desmienten que actúan por su propia cuenta. "Hemos asistido a demasiados fracasos de la Guardia Nacional, que muchas veces no está donde debe", explica Dobroslav Paraga, el presidente del partido HSP. Todo está perfectamente estudiado. La fiereza de los rambos del HOP contrasta con el impecable traje azul marino que luce su máximo dirigente, un joven de 31 años, de cara angelical y suave voz. "La razón de nuestra existencia es la indecisión del presidente Tudjman para conseguir la paz y la independencia de Croacia".

Más información
'Paz explosiva' en Bosnia-lHerzegovina

"Nuestros hombres han demostrado su coraje en el frente de batalla. No son profesionales; muchos de ellos han venido de Alemania, Francia e Italia, pero combatirán como los arrnenios o los muyahidin en Afganistán". Los recursos económicos de la organización proceden esencialmente de la poderosa comunidad croata en el extranjero. Como ejemplo, Iván Orsanic, un acaudalado hombre de negocios que vive en Canadá y se encuentra actualmente en Zagreb, ha donado dos millones de dólares para la adquisición de armamento.

El partido más antiguo

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

El HSP se considera el partido más antiguo de Croacia, con 120 años de existencia. "Formamos una coalición política con otras fuerzas de Albania, Kosovo, Macedonia y Bulgaria", agrega Paraga, y se hallan en la fase de crear una coalición militar con el objetivo declarado de hacer estallar Serbia por fuera y por dentro (a través de un levantamiento armado en Kosovo) y conseguir la unificación de todos los croatas en una gran Croacia, que incluiría lo que es hoy Bosnia-Herzegovina y una amplia extensión de Serbia. "Así fue Croacia hasta 1918. Desde entonces hemos vivido bajo el yugo serbio".

Estos sueños de grandeza se contraponen a los defensores de una gran Serbia como el presidente de esta república, Slobodan Milosevic. En la-propaganda del HSP figura como último líder de Croacia Ante Pavelic, jefe del Estado croata ustasha, colaboracionista de la Alemania nazi entre 1941-1945, y responsable de la matanza de más de 600.000 serbios. La utilización de la simbología ustasha en algunos uniformes y armas de los miembros del HOP no puede sino acarrear problemas al Gobierno de Franjo Tudjman. "Nuestro partido no se identifica con el régimen de Pavelic", intenta explicar Paraga, "sino con el territorio croata establecido entonces. Hay una diferencia entre un país y el régimen político que lo gobierna".

Para complicar más las cosas, el vicepresidente del partido, Ante Parajic, resultó muerto ayer en Zagreb en un control de la policia croata. Los responsables del HSP califican la muerte de Parajic de asesinato político del Goblerno de Tudjman.

Cualquiera que sea la importancia de esta organización en Croacia -sus dirigentes hablan de 100.000 militantes y 10.000 hombres en armas-, su fanatismo puede ser un serio problema para las autoridades de Zagreb.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_