Yeltsin y Nazarbáiev buscan en el Cáucaso una solución al conflicto de Nagorni Karabaj
El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, partió ayer por la tarde hacia Azerbaiyán para, junto con el líder de Kazajstán, Nursultán Nazarbáiev, tratar de encontrar una solución al conflicto de Nagorni Karabaj, provincia autónoma que desde hace más de tres años mantiene en un estado de guerra no declarada a armenios y azeríes. Ambos se ofrecieron como mediadores en el conflicto en agosto, durante la visita del presidente ruso a Kazajstán, para acabar con una crisis que ha costado ya casi un millar de vidas. El viaje coincide con críticas parlamentarias al autoritarismo presidencial.
Ayaz Mutalíbov, el presidente de Azerbaiyán, invitó a ambos líderes a visitar la república confiando en que ello "contribuya a formar una opinión objetiva tanto en el país como en el extranjero sobre la situación en Nagorni Karabaj y a restablecer la tan esperada paz en esa región". Según el líder armenio Levón Ter-Petrosián, fue él quien propuso en la reunión del Consejo de Estado del lunes que ambos líderes viajaran a Nagorni Karabaj.El grupo que deberá garantizar la seguridad de Yeltsin y Nazarbáiev en la conflictiva provincia autónoma -de mayoría armenia, pero dependiente de forma administrativa de Azerbaiyán- ya se encuentra en Stepanakert, la capital de la región. El grupo ha sido seleccionado teniendo en cuenta las "condiciones de combate" que allí reinan. Muchos son veteranos de Afganistán, dijo el coronel Valert Velichko, jefe del grupo y representante de la guardia del presidente soviético, quien agregó que han encontrado un "lenguaje común con las fuerzas del orden público locales y la comandancia" militar de la zona donde rige el estado de excepción. Las inforniaciones sobre un eventual atentado contra Yeltsin han sido califícadas de poco serias por el jefe de su guardia personal, Alexandr Korzhánov.
Programa apretado
El programa de Yeltsin para el día de hoy es muy apretado: a las nueve de la mañana comenzará las conversaciones con Mutalíbov, al mediodía tomará el avión a Nagorni Karabaj, donde, además de Stepanakert, visitará Shushá, ciudad en la que se concentra la población azerí de la zona. A las seis de la tarde saldrá rumbo a Eriván, donde mantendrá negociaciones con los dirigentes armenios. Junto con los líderes de Rusia y Kazajstán irán el ministro de la Defensa, Yevgueni Sháposhnikov, o el viceministro Pável Grachov. En Bakú ya se encuentra el ministro del Interior de la URSS, Víktor Baránnikov.
Yeltsin decidió ir adelante con su viaje a Transcaucasia a pesar de la dolencia cardiaca que tuvo el miércoles y que le impidió anteayer pronunciar el discurso que tenía preparado para la sesión del Parlamento ruso. Algunos diputados han comentado que la enfermedad es una jugada táctica de Yeltsin para evitar tener que responder a preguntas desagradables sobre los decretos que ha promulgado -considerados por muchos como antidemocráticos y como ataques al sistema legal vigente v hasta a la misma Constitución y sobre la gestión del Gobierno.
El Parlamento ha aprobado una resolución en la que califica de "insatisfactoria"' la actuación del Gobierno de Rusia con vistas a cumplir el programa anticrisis y el plan para hacer resurgir la agricultura rusa. Los diputados han recomendado a Yeltsin que destituya a los ministros y altos dirigentes que, "no han asegurado el cumplimiento de las leyes y disposiciones del Congreso de los Diputados del Pueblo y del Sóviet Supremo de la Federación Rusa". También se ha pedido la apertura de un debate sobre los poderes cada vez mayores que concentra el presidente.
Por otra parte, se ha hecho público que en la reunión mantenida esta semana con los dirigentes de los medios de información, Gorbachov dijo que creía que el principal instigador del fallido golpe había sido el ex jefe del KGB Vladímir Kriuchkov.
El líder soviético no excluyó la posibilidad de que en el juicio los golpistas traten de comprometerle y de convertir esta causa criminal en política.
Algunos periódicos y la televisión discuten en los últimos días diversas teorías que apuntan a una implicación de Gorbachov en el golpe de Estado. Rabóchava Tribuna publicaba ayer en primera plana y a cinco columnas un gran artículo firmado por su director, Anatoli Yurkov, en defensa del presidente.
También ayer, el primer vicepresidente del KGB. Leonid Shebarshin, encargado del espionaje en el exterior, dimitió en protesta por la manera en que se está reformando el ente.
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