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El PNV cuenta con que haya nuevo Gobierno vasco la semana próxima

Socialistas y peneuvistas están decididos a cerrar en pocos días la negociación para formar un nuevo Gobierno vasco. La máxima urgencia y la máxima discreción son las consignas aceptadas de mutuo acuerdo por las cúpulas del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE). El vicepresidente del Ejecutivo, el peneuvista Jon Azúa, pronosticó ayer que José Antonio Ardanza tendrá ultimado su quinto Gabinete la semana próxima.

El lehendakari había cursado ya anteayer la invitación formal a los socialistas para formar la mesa de negociación y los contactos directos se han iniciado. A diferencia de: los procesos similares anteriores, el más absoluto secreto rodea las reuniones. "Y va a seguir esta tónica. Estamos dispuestos a que se nos critique por exceso de secretismo si garantizamos a cambio el buen fin de la operación", indican fuentes de palacio de Ajuria Enea, sede de la presidencia vasca.Ardanza y el PNV consideran que la ruptura de enero pasado entre los dos partidos, cuando todo el mundo daba por hecha una repetición de la coalición de gobierno anterior, tuvo mucho que ver con la sucesión de exigencias, envites, emplazamientos y órdagos intercambiados cara al público por los nacionalistas y el PSE. Nada de eso se va a repetir, subrayan. "Si hay o no acuerdo, y las razones en cualquiera de los dos casos, lo explicaremos después de terminar", dicen ahora.

Objetivos alcanzables

El PNV tiene claro también que ha pasado la ocasión de hacer asumir al PSE reivindicaciones autonómicas ajenas y excluyen en principio la vía de incluir en el programa común un anexo de desacuerdos pactados, fórmula que ofrecían los socialistas hace ocho meses. El propósito actual es colocar en el programa sólo los objetivos de gobierno que se consideren alcanzables y sean aceptados por los dos partidos.

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A cambio de esta concesión al pragmatismo, la dirección del PNV y el entorno del lehendakari confían en conseguir algunos progresos gracias a una actitud más comprensiva del Gobierno central y del PSOE. "El nuevo pacto no se juega sólo en Euskadi, hay que mirar mucho a Madrid", admiten los nacionalistas. Los cinco diputados del PNV y la necesidad del PSOE de contar con apoyos en el Congreso, agregan, "darán mucho juego desde ahora".

Herri Batasuna (HB) aseguró ayer en Bilbao, por otra parte, que la ruptura del Gobierno nacionalista es un triunfo de la coalición. Según sus portavoces, la crisis del tripartito va a dar paso a la descomposición de las dos formaciones más directamente afectadas, Eusko Alkartasuna (EA) y Euskadiko Ezkerra (EE). Ambas tienen previstas hoy sendas asambleas nacionales.

La asamblea de Eusko Alkartasuna se reunirá en Zarautz (Guipúzcoa) y recibirá explicaciones de la ejecutiva sobre el desarrollo y desenlace de la crisis, zanjada con la expulsión de este partido del Ejecutivo de coalición. Eusko Alkartasuna acelerará previsiblemente la preparación de su congreso, provisto en principio para marzo próximo. La asamblea de Euskadiko Ezkerra, convocada en Vitoria, puede abrir el definitivo desenlace de la ruptura en dos organizaciones distintas.

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