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La recaudación por impuestos aumentará un 12,9%, casi cuatro puntos más que la economía

El Gobierno, en su reunión extraordinaria de hoy dará el visto bueno final a las cifras del Presupuesto del Estado para 1992. Según los datos que se dan prácticamente por definitivos, la recaudación por impuestos directos e indirectos (renta, sociedades e IVA, sobre todo) crecerá un 12,9%, es decir, casi cuatro puntos más que lo previsto para el conjunto de la economía (9%). En contraposición, el gasto público total crecerá 1,2 puntos más que el PIB estimado, aunque el gasto no financiero aumentará sólo un 8,8%. Ello configura un Presupuesto para 1992 que apuesta por la subida de impuestos, que gasta más en intereses de la deuda pública, transferencias a las autonomías y a la CE, educación, sanidad y desempleo y que recorta la inversión pública.

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Más realismo y menos inversiones

Tras los intensos debates llevados a cabo en la Administración y en el seno del Consejo de Ministros, el Gobierno, en su reunión extraordinaria de hoy, dará el repaso Final a las cifras de ingresos y gastos del Estado para 1992. Según los datos prácticamente definitivos que hoy analiza el Gobierno, el Presupuesto del año que viene tiene un marcado acento social, recorta las posibilidades de desarrollo derivadas de la inversión pública y aprieta directamente al bolsillo de los ciudadanos a través de la subida de impuestos.Así, en la previsión para 1992 el Gobierno quiere aumentar la recaudación por los impuestos directos e indirectos un 12,9%, sobre la última cifra prevista para este año. Ello representa un aumento de 1,3 billones de pesetas, frente a los 1,04 billones de incremento en la recaudación esperada para 1991 en relación al año anterior.

En total, la suma de los ingresos del Estado para 1992 debería crecer un 10,4%, lo que en cifras absolutas supone 1,18 billones de pesetas sobre la previsión de recaudación final para 1991, una cifra similar a la diferencia entre los dos últimos años (1,2 billones). Sin embargo, el año que viene entra en vigor el nuevo impuesto sobre la renta, que por sí sólo supondrá una menor recaudación de medio billón de pesetas en dos años, según la estimación de Hacienda.

Aunque la reforma entra en vigor en 1992 y tendrá efectos prácticos en las declaraciones que se presentan el año siguiente, el Gobierno tendrá que aprobar unas menores retenciones a cuenta ya para las nóminas del año que viene y así evitar fuertes devoluciones al siguiente.

Subida del IVA

Con un impuesto sobre la renta que presenta efectos recaudatorios negativos, parece más que probable que el Gobierno decida subir dos puntos el tipo medio del impuesto sobre el valor añadido (pasaría del 12% al 14%). Esta es una de las decisiones pendientes para el Consejo de Ministros extraordinario de hoy.

El proceso de armonización fiscal en la CE contempla -sin que exista un acuerdo cerrado- subir tres puntos el tipo medio del IVA en 1993. El argumento para adelantarse a la CE es que "mejor subir poco a poco que de golpe", según indican fuentes de Hacienda.

La subida del IVA no es, sin embargo, suficiente para aumentar la recaudación total en los 1,18 billones de pesetas previstos. Cada punto del IVA medio representa unos 120.000 millones de pesetas, según los cálculos de Hacienda. El resto, vendría de la mano de un aumento también en los impuestos especiales (gasolinas, tabaco y alcohol), con el argumento igualmente de la armonización fiscal europea.

Por último, queda el recurso de la lucha contra el fraude fiscal, la esperanza permanente del Ministerio de Hacienda, especialmente en los dos últimos años en que el descenso de la actividad económica ha supuesto menores ingresos fiscales, sobre todo en IVA y sociedades. Para ello, se pondrá en marcha la Agencia Tributarla (que se retrasará probablemente a enero del año que viene) y el nuevo sistema de estimación objetiva para lograr que empresarios y profesionales paguen más impuestos.

También hay que tener en cuenta que el Gobierno espera para 1992 un crecimiento real de la economía del 3,5% nominal), frente al 2,9% previsto para 1991 (aunque el presidente d6 Gobierno, Felipe González lo rebajó anteayer a "un 2,7% o 2,8%"). Este ligero aumento de la actividad económica debería traducirse también en una mayor recaudación fiscal.

La previsión de un crecimientol 10,4% en los ingresos (apoyado más en los impuestos indirectos que en los directos) y el volumen estimado para los gastos no financieros (8,8% de aumento), debería permitir una diferencia de 1,066 billones de pesetas, lo que representaría un 1,5% del PIB. Esta cifra de déficit público no financiero sería algo inferior a la estimada antes del verano para 1991 (900.000 millones de pesetas).

Frente a un capítulo de ingresos menos maduro en cuanto a las decisiones concretas, las prioridades del gasto público ya están sentenciadas, tras un debate particularmente tenso. No podía ser por menos ya que la gran sacrificada de los Presupuestos del año que viene será la inversión pública, mientras que para el resto de capítulos se ha pretendido hacer unas previsiones mucho más ajustadas y realistas que en ejercicios pasados, lo que costará más dinero.

El gasto público puede considerarse moderadamente expansivo si se tiene en cuenta la cifra total (crecerá un 10,2%, frente a un aumento estimado para el PIB del 9%). Si se tiene en cuenta sólo el gasto no financiero, podría calificarse de restrictivo, ya que aumentará un 8,8%, algo menos que el conjunto de la actividad económica.

Hay que tener en cuenta que el gasto no financiero es la mayor parte del Presupuesto ya que alcanzará el año próximo los 13,6 billones de pesetas, frente a los 1,9 billones que representa el financiero.

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