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Las alarmas antiaéreas suenan en Zagreb y el fuego de morteros ronda la ciudad

ENVIADO ESPECIALLas alarmas antiaéreas sonaron ayer por dos veces en Zagreb mientras el derribo de un avión del Ejército federal yugoslavo en una zona de la frontera entre Hungría y Croacia, en condiciones no esclarecidas, y las acusaciones del Gobierno de Budapest contra la Fuerza Aérea yugoslava de repetidas violaciones de su espacio aéreo, aumentaron la guerra de nervios que se vive en la capital croata, Zagreb. Los disparos de mortero de las tropas federales y las milicias serbias cayeron ayer por primera vez a 20 kilómetros de Zagreb. La guerra se acerca a la capital.

Las alarmas, así como el temor abierto a un ataque aéreo, se repitieron por segundo día consecutivo en la capital croata, tras las amenazas del Ejército en represalia por el bloqueo de sus acuartelamientos por las fuerzas croatas. En varios puntos de la república prosiguieron los violentos combates.

La Fuerza Aérea yugoslava reconoció que uno de sus aviones de combate fue derribado en el área de Donji Miholjac, cerca de la frontera con Hungría. Si se confirmase que las fuerzas croatas disponen de misiles tierra-aire, demostraría que las últimas amenazas de las autoridades de Zagreb son algo más que palabras. En este sentido, el ministro del Interior croata, Ivan Vekic, declaró ayer a este periódico que las tropas croatas disponen de "una cantidad suficiente" de misiles Stinger incautados al Ejército federal, e insistió en que la situación militar está cambiando.

En Zagreb, después de una noche pasada completamente a oscuras como medida de precaución ante un eventual ataque aéreo, la radio croata repite a la población las medidas de seguridad a adoptar en caso de alarma. los vehículos no pueden circular por la calles mientras dure la alarma, la población debe permanecer en los refugios y se debe cortar el fluido eléctrico de todas las viviendas.

Clases suspendidas

Las autoridades municipales zagrebíes anunciaron la suspensión de las clases durante tres días. La sede del partido Convergencia Democrática croata, al que pertenece el presidente Franjo Tudjman, fue objeto de un atentado con bomba, que no ocasionó heridos. A media mañana de ayer, en pleno centro de Zagreb, la sede de mando de la Quinta Región Militar, que incluye Croacia y Eslovenia, fue cercada con barricadas y soldados croatas, mientras desde grandes altavoces se hacía un llamamiento a los soldados para su rendición. Las barricadas se levantaron sobre las tres de la tarde.

En un clima de gran tensión, salpicado de algunas ráfagas de fusil ametrallador, el general Andrija Raseta, jefe de la Quinta Región, negoció con representantes croatas y miembros de la comisión de observadores de la Comunidad Europea (CE) una salida a la situación. Hacia las tres de la tarde, se levantaron las barricadas sin conocerse si se había alcanzado algún acuerdo.

En Belgrado, según se supo ayer, el viceministro federal de Defensa, almirante Stáne Brovec, y el primer ministro croata, Franjo Greguric, estuvieron reunidos durante todo el domingo para llegar a un acuerdo sobre el desbloqueo de los cuarteles, el abandono del uso de la fuerza y el intercambio de prisioneros, incluido el general Milan Aksentijevic, en poder de la Guardia Nacional croata.

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