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El alcalde de Burgos rehuyó contestar al fiscal

"¿Recuerda usted si...?", preguntaba decenas de veces el fiscal. "Me remito al expediente" respondía con insistencia el alcalde de Burgos, José María Peña. Durante algo más de tres horas, el edil del PP sufrió un mi nucioso interrogatorio que calificó de "tortura". El alcalde, que apenas abandonó su amnesia negó que el constructor Antonio Miguel Méndez Pozo hubiera medidado con él y José María Aznar para resolver las disputas de la derecha local. El letrado de la acusación particular, Gonzalo Martínez-Fresneda, acabó por enzarzarse verbalmente con Peña. "No estoy dispuesto a tolerar que el juicio se convierta en una payasada", afirmó el abogado.El interrogatorio continuara hoy, si bien el abogado de Peña, Gonzalo Rodríguez Mourullo, ha aconsejado a su cliente que no conteste a las preguntas que luego formulará la acusación.

Aunque el fiscal Sánchez pretendía iniciar los interrogatorios con el constructor Méndez Pozo, la sala no lo autorizó. Y fue Peña quien hubo de soportar las preguntas durante tres horas y diez minutos. Sobre su amistad con Méndez Pozo el alcalde dijo: "Es un industrial de Burgos al que conozco como a tantos otros". El acusador público inquirió luego sobre las reuniones a las que acudieron ambos juntos con José María Aznar -rechazado como testigo por el tribunal y entonces presidente de Castilla y León- y dirigentes d.e la derécha burgalesa en 1987. Peña dijo no recordar los encuentros ni su finalidad.

En una segunda fase, el interrogatorio se centró sobre la actuación de los organismos de gobierno municipal, con especial énfasis en la concesión de licencias de construcción. Peña aseguró qúe no había tenido trato de favor e insistió en remitirse a los expedientes, documentos que dijo no haber leído. "Usted me está confundiendo con un cerebro electrónico", dijo al fiscal. En ocasiones respondió con un "no me acuerdo".

El alcalde exculpó a Méndez en todo momento. "No ha habido ningún privilegio para él", dijo. En cuanto a las irregularidades en las obras de este promotor consideró: "Es lógico que los que más construyen hagan más cosas buenas y más cosas malas. Pasa con todos, aunque es muy posible que Méndez haya hecho menos cosas malas".

Tras las preguntas del ministerio público estaba la acusación de falsedad de documentos, prevaricación y estafa. "El fiscal trata de convertir en confesión lo que es prueba documental", protestó el abogado de Peña. El tribunal autorizó que siguiera preguntando y otro defensor -Stampa Braun- criticó que el fiscal jefe se hubiera ausentado de la vista.

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Cumplir la ley paraliza

El fiscal Sánchez siguio adelante y preguntó por qué Méndez Pozo tenía documentación confidencial sobre el futuro plan urbanístico. Peña, que mostró su ignorancia. "Los constructores empiezan las obras sin tener licencia, basta con que la hayan pedido, y yo lo aplaudo", añadió posteriormente. Aseguró que si en España se hiciera cumplir la ley a rajatabla todos estaría paralizados.El alcalde respondía de mal grado y llegó a exclamar: "Señor presidente, yo creí que en España se habían acabado las torturas". "Me está degradando como alcalde, señor fiscal", añadió. El abogado de la acusación, Martínez-Fresneda, se revolvió y pidió que no se toleraran "las risitas del acusado". Éste se defendió alegando la pesadez del interrogatorio. "Estamos aquí por culpa de usted", replicó el acusador particular. Los defensores pidieron que constaran estas palabras en ácta.

Tras suspenderse la vista, Martínez-Fresneda denunció "la pantomima de interrogatorio".

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