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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Tozudez en el fracaso

LA REACCIÓN de Fidel Castro ante los cambios que se están produciendo en la Unión Soviética se ha plasmado en un larguísimo editorial publicado por Granma, órgano del Partido Comunista Cubano (PCC). Es un verdadero grito de alarma, entreverado de consignas ya muy repetidas sobre la defensa hasta el fin del socialismo y de la revolución. En el citado editorial coexisten dos contenidos que chocan brutal mente entre sí. Cuando se describen los hechos de hoy, en la URSS, en el mundo, y también en Cuba., todo es negro, terrible; las cosas van a ir cada vez peor. En cambio, la fidelidad al socialismo se invoca al margen de cualquier relación con lo real, como una obligación moral abstracta y absoluta. No se cita ningún fenómeno, ni real ni inventado, ni político, ni económico, ni intelectual, que pueda servir de justificación. Da la impresión de una pura tozudez en un fracaso que no se puede esconder.

Granma destacados consecuencias, fundamentales para los cubanos, de lo que ocurre en la URSS. De un lado, sacudida. por crisis políticas y explosiones nacionalistas, se debilita y ya no puede servir de contrapeso a la potencia de EE UU. De otro, los suministros de la URSS y de otros países del Este europeo, esenciales para la economía de la isla, van a disminuir o desaparecer, lo cual significará mayores dificultades en un abastecimiento que ya es hoy sumamente deficiente. Ante estos hechos, la única receta de la dirección cubana es "prepararse" a padecer mayores sufrimientos.

Al mismo tiempo, y es el aspecto más inquietante del artículo, se denuncia con énfasis a "las partes blandas" de la sociedad cubana: o sea, los corruptos, los parásitos, los indolentes, los negligentes, los egoístas y los pusilánimes". Larga enumeración en la que caben todos los cubanos que no estén contentos con su suerte y no comulguen con el iluminismo de Castro. Pues bien, según escribe Granma, en el "combate contra esas lacras seremos intransigentes". Es difícil no interpretar esta frase como el anuncio de una mayor represión contra los sectores de la población, ya numerosos y en aumento, que consideran absurdo mantener una cerrazón ideológica cuyo sólo efecto es empeorar las condiciones de vida en la isla. Si Castro va por el camino de endurecer la represión, se encontrará con una reacción internacional.

En un tono distinto, el artículo afirma que Cuba está dispuesta a establecer acuerdos, para adaptar sus relaciones económicas, no sólo con el Gobierno soviético, sino con 1as repúblicas, con las empresas o entidades que puedan surgir, para concertar entendimientos". El dirigente cubano Carlos Aldana -cuyo prestigio está en alza- visitó recientemente Moscú y dijo a la vuelta que Borís Yeltsin no tenía una actitud contraria a Cuba. ¿Ha sido este viaje el inicio de un mayor pragmatismo en el tema de las relaciones con la nueva URSS? Si así fuese, ello indicaría que se empiezan a perfilar dos líneas, una más dogmática y otra menos, pero que no parecen decantarse por ahora.

El problema de fondo es que hoy se ha hundido toda posible justificación objetiva para las invocaciones cubanas a la "defensa del socialismo". ¿Con quién? Sólo quedan Corea del Norte, con su dinastía comunista, y Vietnam. El socialismo chino, represivo en lo político, ha abierto espacios económicos al capitalismo, y su cooperación con EE UU es la antítesis de la actitud cubana. Ante esta situación, los dirigentes cubanos siguen cerrando los Ojos. A menos que, al reconocer en las columnas de Granma lo desesperada que es la situación actual, con acentos negros y sin disimulo, pretendan dar un primer paso, envuelto en protestas de intransigencia revolucionaria, para preparar a la opinión pública a unos cambios que serán inevitables a no largo plazo.

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