Un muerto y un herido en la extinción de un incendio en Guadalajara
Un trabajador que participaba en la extinción del incendio del parque natural Hayedo de Tejera Negra, en la sierra de Ayllón, falleció ayer de un ataque cardiaco cuando se incorporaba al trabajo. Otro trabajador resultó gravemente herido el día anterior al caer por un terraplén. Este incendio, que durante la mañana de ayer pudo ser controlado, se reavivó a última hora de la tarde debido al fuerte viento.
Juan Merino, de 54 años, vecino de Tamajón (Guadalajara) y miembro de un retén que participaba en la extinción del incendio que ha afecta a las provincias de Guadalajara y Segovia, se sintió indispuesto por la mañana cuando se encaminaba al trabajo. Ante el agravamiento de la situación, se avisó a una ambulancia y dos helicópteros, pero cuando los auxilios llegaron ya había muerto.Según el delegado de Agricultura de la Junta, Alejandro Tomás, en el expediente del trabajador fallecido consta que había pasado el preceptivo reconocimiento médico y que se le había realizado un electrocardiograma antes del verano, cuyos resultados indicaban que era apto para el trabajo. Por otro lado, en la tarde del miércoles, Pablo Pérez Florido, de 22 años, sufrió heridas de pronóstico reservado al caer de una máquina por un barranco de 40 metros, cuando abría un cortafuegos.
Fuego controlado
El incendio, que el miércoles se había agravado con la aparición de dos nuevos frentes, estaba controlado en la mañana de ayer y las llamas se habían apagado. Sin embargo, a última hora de la tarde el fuego se reavivó debido al fuerte viento. Las llamas, según la agencia Europa Press, estaban localizadas anoche en un barranco de difícil acceso.El número total de hectáreas arrasadas por el incendio se estima en unas 1.200, de las cuales alrededor de 300 se encuentran en el perímetro del parque natural.
Los dos incendios de las cercanías del parque natural Dehesa del Moncayo, en los términos de Ambel y Añón (Zaragoza), iniciados el pasado martes y que han calcinado más de 2.000 hectáreas de pinos, encinas y monte bajo y que obligaron a evacuar a los vecinos de Ambel, quedaron controlados sobre las siete de la mañana de ayer, informa Javier Ortega.
El alcalde de Ambel, Macario Zapata, anunció por la megafonía, en torno a las 20 horas del miércoles, que se iba a proceder a desalojar del pueblo a los ancianos, enfermos y niños. Abandonaron el pueblo unas 300 personas de los 440 habitantes del municipio.
Los evacuados pasaron la noche alojados en los pueblos próximos de Veruela y Borja, pero ayer regresaron a sus casas.
Santiago Marraco, director del Icona, declaró ayer a Europa Press que este organismo empieza a sentirse "incapaz de transmitir a la población que los incendios se producen en su mayoría por descuidos y negligencia". Marraco también señaló que las comunidades autónomas no cuentan con ayudas en las campañas de extinción y "se encuentran dejadas de la mano de Dios".
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