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Un túnel bajo María de Molina, primer tramo de la red viaria subterránea

Juan Antonio Carbajo

Un túnel bajo la calle de María Molina, entre la Castellana y la N-II, podría ser la primera entrega de la red de autovías subterráneas que la empresa francesa Setec presentó al Ayuntamiento en noviembre. El equipo de gobierno municipal se ha manifestado dispuesto a "avanzar en el proyecto", a pesar de las dificultades para financiar los más ole 170.000 millones que costaría. Sin embargo, Madrid no quiere ganar a París la carrera de ser la primera en hacer posible circular a 40 metros de profundidad.

Los alcaldes de París y Madrid, los conservadores Jacques Chirac y José María Álvarez del Manzano, respectivamente, han puesto a trabajar a sus técnicos en el proyecto de autopistas subterráneas que para ambas ciudades ha realizado la firma Setec. Chirac manifestó en febrero su intención de replantear la idea de construir un nuevo cinturón de circunvalación debajo del actual, aunque aún no cuenta con la aprobación de su consistorio.En la misma situación de declaración de intenciones se encuentra la red subterránea madrileña. El equipo de gobierno del PP se ha manifestado dispuesto a "avanzar en la idea", aunque sin prisas. "Que empiece París primero", dice el concejal de Circulación, José Antonio García Alarilla, más por observar en carne ajena las dificultades del experimento que por mera cortesía.

"El proyecto presentado por Setec no está olvidado", explica el responsable municipal de Infraestructuras, Luis Armada. "Hemos seguido avanzando en él y se podría ya seleccionar algún tramo para estudiarlo más en profundidad". Según Armada, el Ayuntamiento de Madrid, sin esperar a París, puede realizar su propio experimento: un túnel bajo María de Molina que conectaría la plaza del Doctor Marañón con la avenida de América, antesala de la N-II. Entre 75.000 y 100.000 coches circulan diariamente por este tramo.

Posibilidades técnicas

Para Armada, la red de autopistas subterráneas no es un proyecto de ciencia-ficción. "Técnicamente es posible", afirma. El problema fundamental, según García Alarilla, radica en conseguir la financiación necesaria, porque su coste, más de 170.000 millones de pesetas, sobrepasa la capacidad económica municipal. "Habría que encontrar a varias empresas que quisieran afrontar el proyecto", explica Armada.

Para compensar la inversión privada, el viario subterráneo sería de peaje. El pago, según García Alarilla, sería electrónico, mediante células fotoeléctricas, para evitar 'retenciones de entrada. Pero en este supuesto no entra el túnel de María de Molina, en cuyo proyecto de viabilidad trabajan ahora los técnicos municipales. Tendría kilómetro y medio de Iongitud y tres salidas: Velázquez, López de Hoyos y Francisco Silvela.

La red subterránea, tal y como la presentó Setec, consistiría en un anillo excavado a 40 metros de profundidad -donde no llega ni la red de servicios, los cimientos de las casas ni el Metro- que pasaría bajo Atocha, Santa Engracia, José Abascal, Príncipe de Vergara y paseo de María Cristina, y tendría conexión con otros ejes bajo la superficie, como el de María de Molina.

Según el responsable de Infraestructuras, con este proyecto se persigue facilitar la salida de los automóviles en el centro y no lo contrario. "Hay que diseñar los accesos de tal manera que la red subterránea sirva para salir del atasco de Colón más que para entrar al centro desde la carretera de La Coruña, por ejemplo".

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