La Conferencia Episcopal ignora que los obispos catalanes quieran autonomía

La declaración a favor de una Conferencia Episcopal Catalana Independiente de la española, realizada el jueves por el obispo de Solsona, Antoni Deig, motivó ayer un prudente silencio de la Conferencia Episcopal Española. En ausencia del presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Ángel Suquía, un portavoz de su oficina de prensa afirmó: "No tengo nada que decir sobre esa cuestión. Se trata de una opinión personal expresada por el obispo de Solsona. No tengo conocimiento de que esta propuesta haya sido debatida por la Conferencia Espiscopal, pero desde luego puede ser presentada en su próxima reunión".El obispo de Solsona había manifestado la víspera que, en su opinión, Cataluña debería tener una conferencia episcopal, "tal como, le corresponde a una nación con entidad y personalidad propias". El medio para ello sería conseguir para la conferencia episcopal catalana, dijo, "la autodeterminación jurídica" respecto a la española.

Los titulares de las ocho diócesis catalanas se reúnen en el marco de la provincia eclesiástica tarraconense y su asamblea recibe el nombre de Conferencia Episcopal Catalana. A pesar de esta denominación, esta asamblea carece de autoridad para adoptarlas decisiones propias de una conferencia episcopal.