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Bobby Fischer, el mito en el escondite

El ex campeón mundial de ajedrez continúa su reclusión después de 19 años

Leontxo García

La mayoría del centenar de habitantes de Mobile, municipio compuesto de unos cuantos ranchos desperdigados por el desierto de Arizona, recuerdan que Bobby Fischer fue campeón del mundo de ajedrez en 1972 tras romper la hegemonía soviética y que después se retiró de la vida pública. Pero ninguno de ellos sabe que pasó parte de su infancia en ese inhóspito lugar. La fama de Fischer es universal pero apenas hay noticias de su vida en los últimos 19 años aunque los rumores sobre su reaparición no cesan. A los 48 años de edad, es un mito viviente.

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Bobby y su hermana Joan fueron por primera vez a la escuela en Mobile donde su madre, Regina, trabajó como maestra al final de la década de los cuarenta. La calurosa soledad de estos parajes fue probablemente el caldo de cultivo de la predisposición de Fischer para convertirse en un genio del ajedrez que disparó el fervor patriótico. David Backerman llegó a Mobile cuando Regina y sus hijos ya se habían marchado pero no olvida lo que ocurrió en 1972: "Cuando Fischer venció a Borís Spasski fue como si hubiéramos ganado una guerra contra los comunistas. Los tableros y los libros de ajedrez se agotaron en Estados Unidos. Pero en este país las modas son efímeras y Fischer no es ahora más que un agradable recuerdo".Ni siquiera sus poquísimos amigos, que exigieron el anonimato a este periodista, conocen el domicilio actual de Fischer en Los Ángeles, donde se trasladó recientemente desde Alemania tras pasar una larga temporada en ese país hasta que su presencia fue filtrada a la prensa. Uno de ellos, comentó: "Bobby dice que él nunca ha perdido el título de campeón y considera que la FIDE [Federación, Internacional de Ajedrez], dominada por los soviéticos, le estafó. Cuando nos vemos, la cita se produce en cualquier lugar pero nunca en su casa. No puedo decir nada más. Él nunca me lo perdonaría".

En 1975, Ficher rechazó una oferta de cinco millones de dólares (tres para el vencedor y dos para el perdedor) realizada por el dictador Filipino Ferdinand Marcos para que defendiera su título frente al soviético Anatoli Kárpov. Previamente, la FIDE se había negado, entre otras exigencias del norteamericano, a que el encuentro se disputase a 10 victorias, sin límite de partidas. En 19 años, Fischer no ha disputado ninguna competición ni ha concedido entrevistas.

Un triunfo espectacular

El espectacular juego de Fischer, en las eliminatorias previas ganó por 6-0 al soviético Mark Taimanov y al danés Bent Larsen, su extravagante personalidad y sus inflexibles reivindicaciones profesionales despertaron la afición al ajedrez en millones de personas y fueron esenciales para que se disparasen los honorarios de sus colegas.

El pasado 23 de julio, Televisión Española aseguró en todos sus telediarios que el empresario español Luis Rentero, organizador del Torneo de Linares, había firmado un precontrato con Fischer para que se enfrente a Spasski en España. Rentero desmintió esa noticia en una conversación con EL PAÍS: "No he firmado nada con Fischer. Sin embargo, ésa es la mayor ilusión de mi vida y no descansaré hasta conseguirlo".

El secretismo sobre la vida de Fischer durante los últimos 19 años se ha roto en muy pocas ocasiones. El 26 de mayo de 1981 la policía de Pasadena (California) le detuvo cuando paseaba por la calle tras confundirle con el ladrón de un banco. Fischer dijo llamarse Robert D. James y ocultó su faceta ajedrecista durante las 48 horas que pasó en la comisaría.

Dos semanas más tarde, Fischer escribió, editó y vendió, al precio de un dólar, un librito de 14 páginas en el que acusa a la policía "de detención ¡legal y torturas". El autor, que firma con el nombre citado y añade esta frase entre paréntesis: "Conocido profesionalmente como Robert J. Fischer o Bobby Fischer, Campeón Mundial de Ajedrez", asegura que fue desnudado, golpeado e introducido en una celda sucia y fría sin recibir alimentos durante 24 horas.

Fischer, al que se le atribuye un coeficiente intelectual superior al de Albert Einstein, ha patentado un nuevo sistema para regular el tiempo de reflexión durante las partidas. El intento ha sido calificado unánimemente como "revolucionario" porque podría terminar con dos "suplicios": los apuros de tiempo y los aplazamientos tras cinco o seis horas de juego.

Ése fue uno de los temas tratados en la reunión que el mítico estadounidense mantuvo .hace un año en Bruselas con Spasski y los holandeses Bessel Kok, consejero delegado de la Asociación de Grandes Maestros (GMA), y Jan Timan, finalista del último torneo de candidatos. El encuentro fue secreto hasta que alguien lo filtró a la prensa. Timan dijo después que había quedado "muy impresionado por la capacidad técnica de Fischer durante el análisis de varias partidas".

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Sobre la firma

Leontxo García
Periodista especializado en ajedrez, en EL PAÍS desde 1985. Ha dado conferencias (y formado a más de 30.000 maestros en ajedrez educativo) en 30 países. Autor de 'Ajedrez y ciencia, pasiones mezcladas'. Consejero de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) para ajedrez educativo. Medalla al Mérito Deportivo del Gobierno de España (2011).

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