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Dos millones de soviéticos han dejado de ser dementes, afirma Yuri Sawenko

Dos millones de soviéticos disidentes del régimen comunista han salido en los dos últimos años de los centros psiquiátricos oficiales, según Yuri Sawenko, fundador y presidente de la Asociación de Psiquiatras Independientes de la URSS. De acuerdo con Sawenko, que ha participado en un curso de la Complutense en El Escorial, los centros de internamiento mantienen intacta su infraestructura, y en ellos el índice de mortalidad es todavía muy elevado.

Sawenko, nacido hace 50 años en Kiev (Ucrania), es uno de esos soviéticos que en su campo, la psiquiatría, ha estado luchando por el cambio en la Unión Soviética y por ello ha sido perseguido e incluso retirado del ejercicio de su profesión. La asociación que él preside nació en la primavera de 1989 para combatir la psiquiatría oficial y los métodos que ésta utilizaba para apartar, internándolos en los centros psiquiátricos, a los disidentes del régimen.El profesor Sawenko recuerda que la época más trágica abarca las décadas de los sesenta y setenta, "20 años de abusos psiquiátricos llevados a cabo desde el departamento del Ministerio de Sanidad Pública que dirigía Andréi Snesnevski". Snesnevski falleció hace 10 años y desde entonces el responsable es Marat Bartanián.

Durante esos años, todos los contestatarios eran eliminados y encerrados en centros psiquiátricos sin padecer ninguna enfermedad. "Bastaba una lla mada del KGB para que los médicos diagnosticaran esquizofrenia latente o desarrollo paranoide de la personalidad", comenta. Aunque estos centros, que dependían del Ministerio del Interior, han pasado al Ministerio de Sanidad Pública, "no ha cambiado nada". "Reina una especie de desbarajuste y confusión psicológica", dice Sawenko refiriéndose a la influencia de los cambios políticos en la población de su país.

En la URSS, según Sawenko, se siguen utilizando los mismos métodos y en los centros psiquiátricos continúan trabajando "los mismos guardias" . "Criminales que han sido utilizados por la crueldad del régimen en lugar de enfermeros capacitados", explica. Uno de los métodos utilizados era la quiroterapia (el uso de azufre por vía intravenosa). "Era como si te quemaran con una barra de hierro a una temperatura muy alta". Las protestas de la APIURSS obligaron a las autoridades sanitarias a prohibir este método, que ha estado utilizándose hasta hace muy poco.

Garantías Jurídicas

Un ejemplo de la utilización de la psiquiatría con fines políticos es el del general Petr Grigorenko, quien estuvo internado sin padecer ningún trastorno en un centro psiquiátrico a causa de sus ideas. "Nosotros demos tramos cómo ellos organizaban los diagnósticos", dice Sawenko. La directora del instituto psiquiátrico, Tatiana Dimitrieva, reconoció este montaje. Los responsables del centro en ese momento eran los profesores Daniil Lunz, Andrew Snesnerski y Jorge Morozov."Entre 1989 y 1990 una masa de dos millones de personas han dejado de ser dementes como el general y han salido a la calle", indica Sawenko. Esto tan sólo era la punta del iceberg, ya que detrás hay una serie de abusos con fines personales e infracciones administrativas. Ahora, aunque ya no se utiliza la psiquiatría con fines políticos, "planteamos que se elaboren las garantías judiciales suficientes para que este tipo de métodos no vuelvan a ser utilizados", añade.

Los enfermos que continúan sufriendo en mayor medida las consecuencias de la política sanitaria soviética son los alcohólicos internados en los centros de rehabilitación laboral. Sawenko, que compara estos centros con cárceles, dice que los responsables de esta política están impidiendo el paso a las delegaciones de médicos que llegan de Occidente para inspeccionarios. El último intento fue el pasado mes de junio.

Sawenko sostiene que en la URSS se ha emprendido un trabajo "febril" para crear una fachada que haga ver las cosas de otro modo, "aunque toda vía continúan existiendo infracciones contra los derechos humanos". Los alcohólicos, que es una parte muy conside rable de la población soviética y los niños y los ancianos internados en los centros psiquiá tricos son los que en mayor medida están sufriendo estas consecuencias.

"A veces al personal médico parece que no le importa que la gente muera, debido a la baja retribución que perciben por su trabajo", comenta. "Para resolver esta situación, se tendrían que crear, entre otras cosas, nuevos centros de rehabilitación, una nueva ley sobre la ayuda psiquiátrica y aumentar a 20.000 el número de especialistas.

Aunque las cifras exactas son celosamente escondidas por los responsables de la Administración, se sabe que el número de muertes en los centros psiquiátricos es muy elevado y que éstas afectan sobre todo a la población infantil. De los 285 millones de habitantes que tiene la Unión Soviética, 4,5 millones son enfermos psiquíátricos, de ellos más de 700.000 son niños.

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