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Torería, mucha

Moura / Romero, C. Vázquez, P. L. VázquezTres primeros toros (los otros tres fueron rechazados en el

reconocimiento) de Joâo Antonio Romao de Moura, mansos en el caballo, con casta, manejables; tres de José Benítez Cubero, 4º y 5º bravos y poderosos, 6º manso y flojo. Los seis con gran trapío, la mayoia comalones astifinos. Curro Romero: estocada caída (división); pinchazo hondo perpendicular bajo y descabello (bronca); despedido con lluvia de almohadillas. Curro Vázquez: media ladeada y tres descabellos (gran ovación, que se reproduce, y dos salidas al tercio); tres pinchazos, estocada perpendicular delantera y cuatro descabellos (silencio). Pepe Luis Vázquez: pinchazo, otro bajo y bajonazo descarado (pitos); metisaca bajo perdiendo la muleta, pinchazo, estocada delantera y descabello (aplausos). Plaza de Las Ventas, 21 de julio. Más de tres cuartos de entrada.

JOAQUÍN VIDAL,

Le ligaba Pepe Luis Vázquez al sexto unos derechazos de lujo, remataba con la trincherilla o el aleteo de un cambio de mano por delante, se iba de la cara del toro andandito y pinturero, y un aroma de torería subía a los tendidos, perfumando a la afición. Alguien comentó, recordando la mucha torería que asimismo había derramado en la tarde Curro Vázquez y el petardo que pegó Curro Romero: "Si la corrida llega a ser un mano a mano de Pepe Luis Vázquez con su hermano Curro Vázquez, habría resultado mejor que metiendo por delante a su primo mayor Curro Romero". "Pero habríamos venido menos gente", respondió otro, señalando el repleto graderío. La afición no, pues se las sabe todas -cada aficionado conoce a la perfección la genealogía humana de los toreros y la animal de las ganaderías-, mas el público neófito y los turistas se hacían un lío con los nombres de los diestros y su relación de parentesco: ¿Pepe Luís Vázquez es hermano de Curro Vázquez? ¿Curro Vázquez es primo de Curro Romero? Entonces ¿Curro Romero es también primo de Pepe Luis? Pues parece su padre, oiga.

Don Mariano tuvo la amabilidad de zanjar la cuestión: "No se tocan en nada". Y, sin embargo, no era exacta la sentencia. Sí se tocaban: en torería. Hasta Curro Romero, a pesar del petardo, sacó la suya, especialmente en aquellos lances a la verónica al primer toro en los que aguantó la embestida incierta por el pitón izquierdo. Aunque parezca inexplicable, la aguantó. Luego, en su turno de capa, Curro Vázquez sufriría un terrible gañafón que por poco lo quita de en medio.

Curro Romero porfió e incluso dio muchos derechazos a ese toro, lo cual es gran novedad. El hombre metía tanto el pico y vaciaba tan lejos, que el noble toro no podía encelarse en la muleta y a mitad de recorrido perdía su referencia. Al cuarto, un torazo de impresionante trapío, Curro Romero nada más apuntar dos lances, le negó la boyantía. Con la cabeza decía no, y la montera le oscilaba de izquierda a derecha repetidas veces. De haberle oscilado de delante atrás (repetidas veces) habría significado sí. Negada la boyantía del toro, que resultó poderosísimo y bravo, Curro Romero negó el toreo y se limitó a trapacear.

Ayudados por bajo de Curro Vázquez andándole al segundo toro con una torería embriagadora (un poco más y la tarde habría resultado de borrachera), pusieron al público en pie. Siguió con tres tandas de redondos rematadas, respectivamente, mediante una trincherilla sensacional, un cambio de mano ligado al pase de pecho hondo, un abaniqueo gracioso. Intentó el natural y ya no había toro. Esa faena de Curro Vázquez hizo agua los paladares, y también la otra, con ser más corta, porque el toro topaba, a su vez, corto y ladino.

Curro Vázquez instrumentó, además, verónicas finísimas. Y Pepe Luis Vázquez instrumentó al sexto una, marca de la casa, que puso a la afición expectante. En el tercero le había ocurrido lo que a Curro (el primo) al principio: no se fiaba, vaciaba lejos y los muletazos no salían arremataos. En el sexto sí los dio arremataos y sobre todo con un arte y con una naturalidad que constituían la esencia del toreo. La flojedad y escasa codicia del toro no dieron para más florituras, y tras intentar vanamente el natural, dobló por bajo, se adornó y entró a matar. Como volvió a sentenciar don Mariano, los Curros y los Vázqueces tienen tanta torería que no saben torear mal, y si el toro no se deja torear bien, no pierden el tiempo: van y lo liquidan. A Curro (el primo mayor) le tiraron almohadillas por eso. Lo cual ya estaba previsto. Algunos habían comprado dos: una para el asiento y otra para tirársela, duro y al coco.

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