_
_
_
_
Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El calor del siglo

Es MOLESTO no poder culpar a nadie del calor del siglo. Se podría decir que, en un país como el nuestro, es su condición más dura. Tozudos de sus análisis, hay quienes acusan a Husein por los incendios de p'etróleo o a Schwarzkopf por los miles de toneladas de bombas lanzados sobre Irak en tan poco tiempo. Los ecologistas, al agujero de ozono, y los tradicionales, a la traición de la ciencia, que ya se empezó a notar con el fastidioso fuego de Prometeo. Pero no hay manera de apuntarse al ideal, que sería el de envolverlo en un asunto de escándalo y corrupción, de meterlo en la ley Corcuera, de incluirlo en las sentencias bondadosas. El calor, este delincuente.Tuvimos siempre adoración por el sol: tanta, que le llevamos al punto más alto que se puede soñar en la civilización actual, el comercio y la industria. Quizá el cambio de la mentalidad de hoy mismo, que es la tendencia hacia el Norte y el rechazo hacia ciertos datos climatológicos que son propios del Sur y que, por tanto, tienen que mostrar visado y pasar aduana antes de entrar en un mundo rico, nos esté perjudicando. No es agradable que el calor del siglo se presente en un momento de devaluación y obligue a los ciudadanos a vestirse con camisa y bermudas, dándonos un aspecto de Tercer Mundo que no concuerda en nada con las ideas colectivas y la vieja profecía según la cual "del Norte nos vendrá la civilización". Tenemos mal aspecto. Y ni siquiera vienen los turistas como antes: esto nos abrasa, y no lo vendemos bien.

No se puede, en fin, culpar más que al calor en sí mismo. En-el fondo, el único consuelo es el del récord, ahora que los viejos libros de filosofia, religión y doctrina política han sido sustituidos por el Guinness (síntoma grave). Queda la resignación: una virtud odiosa.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_