La familia celebró el éxito en Villava

Nada más finalizar la etapa reina del Tour de Francia, los vecinos de Villava (Navarra) salieron a la calle a brindar con cava por el triunfo de su vecino Miguel Induráin. En su casa se respiró una cierta calma. "Mi hijo es ciclista gracias a un chaval que le robó su bicicleta cuando tenía 11 años. Le perseguimos pero se escapó. 'No te preocupes, le dije a Miguel. Te compraré una nueva y de carreras'. Con ella empezó a correr y a ganar en infantiles".

Miguel Induráin Eugui, padre del navarro que ayer consiguió el liderato en el Tour, cuenta esta anécdota que califica de inédita, media hora después de acabada la etapa. Todo es paz y tranquilidad en casa de los Induráin, un chalé de dos plantas en las afueras del municipio de Villava, a cuatro kilómetros de Pamplona, con una población cercana a los 8.000 habitantes. El teléfono comienza a sonar y un cuarto de hora después el espacioso salón se llena de gente con rostro sonriente y manos extendidas.

Meter la pata

Miguel Induráin padre reconoce que no le gustan las entrevistas y que su hijo le dice siempre que no hable porque "puede meter la pata". "Yo soy labrador, no tengo cultura y no me gusta hablar de algo que no entiendo. En lo mío, que me echen lo que quieran, pero en ciclismo, no".Don Miguel y su esposa Isabel Larraya son padres de cinco hijos: Isabel, Miguel, María Dolores, Pruden (también ciclista profesional de Banesto) y Asunción. Su esposa está de vacaciones en el pueblecito navarro de Alzórriz y sus tres hijas se fueron el día anterior a Francia para estar cerca de su hermano como si presintieran algo.

"Mi hijo Pruden y yo hemos visto la televisión comiendo y tranquilos", señala. Don Miguel dice no haberse sorprendido demasiado: "Siempre espero algo bueno de Miguel, sobre todo en las etapas duras. Él es muy fuerte y tiene algo dentro. ¿Que si va a ganar el Tour? Se lo diré dentro de unos días. Aún queda mucha brega y le van a atacar todos".