La Casa Real y el Gobierno restan importancia a los discursos pronunciados por el Rey en Andalucía
La Casa Real y el Gobierno trataron ayer de atemperar el efecto de los discursos de don Juan Carlos referidos a la "desidia y corrupción" y a que la Administración "va por detrás de la sociedad", pronunciados durante la reciente visita de Estado a Andalucía. La ministra Rosa Conde insistió en que el Gobierno "nunca hará comentarios sobre su relación con los Reyes", en tanto desde la Zarzuela se recordaba que no fue intención de don Juan Carlos atacar a nadie y que sus palabras se referían "a cosas generales".
El Rey, que durante la mañana de ayer presidió en Madrid la clausura del curso académico en el Centro de Estudios Superiores de la Defensa (Cesedén), comentó a dos periodistas que le interrogaron sobre la acogida de sus palabras por parte de la clase política: "Esa valoración deben hacerla los políticos". En el mismo acto, el Monarca añadió que ve la democracia en España de manera muy optimista".Fuentes próximas al palacio de la Zarzuela mostraron ayer su malestar por la trascendencia que han adquirido los discursos del Rey en Granada y Almería, y añadieron que don Juan Carlos no quería atacar a nadie y que esas palabras fue ron dichas "en un contexto general, hablando de cosas que deben ser desterradas no sólo de la vida política sino de cualquier ámbito de la vida española".
"El Rey habló de males que han estado presentes durante centurias y que todo el mundo piensa que deben ser desterrados, pero sin referirse a ninguna situación concreta ni a ningún momento puntual de la vida española", añadieron. La interpretación de que el Rey podía haber llamado la atención a los políticos fue considerada en la Zarzuela como "un disparate".
Otras fuentes lamentaron que los elogios de don Juan Carlos al Estado, incluidos en el discurso pronunciado el pasado martes en la localidad jiennense de Úbeda, hayan pasado inadvertidos. Don Juan Carlos dijo entonces: "[Nos gustaría a la Reina y a mí] deciros que el Estado ya no es algo distante, todopoderoso e indiferente, sino que respalda las aspiraciones del pueblo".
El Gobierno, por su parte, coincidió en que el asunto se ha desorbitado y que las relaciones con la Corona continúan siendo "excelentes". A la pregunta de si conocía el Gobierno previamente el discurso del Rey, la ministra Rosa Conde respondió: "El Gobierno tiene una norma muy estricta en sus relaciones con los Reyes y con la Casa Real: nunca ha hecho ni va a hacer comentario alguno sobre nuestras relaciones con los Reyes".
Sin comentarios
Más adelante, y ante la insistencia en saber no el comentario del Gobierno, sino si conocía el discurso, Rosa Conde respondió: "No es que no queramos decir nada por unas razones frívolas. Las relaciones entre el Gobierno y la Casa Real no deben ser enturbiadas por ningún tipo de declaración. Son unas relaciones basadas en unas normas consuetudinarias [según las costumbres] y no escritas; y tanto Sus Majestadas como el Gobierno han dado prueba de lo fructífero de esa relación. Será mejor que sobre estas cuestiones entiendan ustedes esta idea: nunca el Gobierno hará cornentarios".Todas las fuentes consultadas coincidieron en guardar silencio sobre si Presidencia del Gobierno revisó los discursos del Rey, como ocurre en otras ocasiones, y se limitaron a recordar que don Juan Carlos y Felipe González despachan todos los martes del año y en dichas entrevistas abordan toda clase de cuestiones.
Por otra parte, ayer continuaron las reacciones de diversos políticos sobre los discursos del Rey. Carmen García Bloise, miembro de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, señaló: "Yo soy absolutamente respetuosa con la Constitución espafiola y deseo que la Corona se atenga también a lo que en ella se concite. Yo no digo más".
Miquel Roca, portavoz del Grupo Catalán en el Congreso, dijo en Barcelona sentirse muy satisfecho por las palabras del Rey y que éstas coinciden con los mensajes ya lanzados por la clase política sobre la necesidad de moralizar la sociedad pública española.
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