Todo normal a pesar de la bomba

A las doce de la mañana de ayer, bajo un sol que caía a plomo, los agentes de la comisaría del distrito de San Blas entraron en el poblado chabolista de Los Focos y detuvieron a dos hombres y a una mujer acusados de tráfico de drogas. Era la demostración de que la actividad policial no se ha interrumpido, pese a los daños causados por la bomba que ETA hizo estallar el pasado domingo a las puertas de la comisaría.

El edificio policial está resquebrajado, sin cristales y lleno de polvo. Dentro hace un calor infernal. Albañiles, electricistas, carpinteros y técnicos de Telefónica suben y bajan mezclados con los policías. Si no fuera por eso, posiblemente nadie advertiría que hace tres días se produjo allí mismo un atentado terrorista que pudo ser una auténtica carnicería."Ya dijo el comisario jefe, el mismo día de la bomba, que lo ocurrido no iba a impedir que siguiéramos trabajando contra la delincuencia y en favor de los vecinos del barrio", recuerda el inspector jefe de Seguridad Ciudadana. Y añade: "Hasta ahora lo estamos cumpliendo... y seguiremos cumpliéndolo".

Los grupos de investigación han continuado con su trabajo como si nada hubiera pasado, y como resultado de ello han sido detenidos siete presuntos delincuentes, acusados de atracos, robos y tráfico de drogas.

La última operación fue la realizada ayer en Los Focos, donde fueron registradas seis chabolas y arrestadas tres personas: 40 agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Municipal, ayudados por perros antidroga, decomisaron 10 gramos de heroína, más de 1,5 millones de pesetas y un lote de 250 gramos de joyas.

Denuncias insólitas

La comisaría se está encargando de tramitar las denuncias de los 110 comerciantes de la galería comercial San Blas, cuyas instalaciones resultaron muy afectadas por la explosión del coche bomba. Sin embargo, los más de 300 vecinos que sufrieron daños en sus viviendas están siendo atendidos directamente por la Brigada Provincial de Información (antiterrorista)."Se está prestando servicio normal a todos los ciudadanos a los que habíamos dado cita previa para renovarles el documento nacional de identidad (DNI)", afirma un responsable de la comisaría.

También se atiende "con absoluta normalidad" a quienes acuden a formular denuncia, aunque sea tan insólita como la presentada ayer por una mujer contra una tienda de confecciones porque le habían vendido "una blusa con una manga más larga que la otra".

Un agente comenta: "Incluso hay gente que viene con cualquier disculpa, únicamente por la curiosidad de ver cómo ha quedado el edificio después de lo del domingo".

Una de las dos alas de que consta la sede policial de la avenida de Hellín será derruida por completo para dejar al aire el esqueleto de la estructura. "Nos han dicho que las obras de reparación durarán por lo menos todo el verano", afirma un policía en medio del estruendo provocado por los albañiles, que derriban a mazazos toda la fachada principal de las galerías comerciales colindantes.

Anoche, varios centenares de personas recorrieron las calles del barrio de San Blas en una manifestación silenciosa en repulsa por el atentado del pasado domingo, convocados por partidos políticos y asociaciones ciudadanas. Los participantes en la marcha, 2.000 según los convocantes, portaban pancartas con el lema "San Blas, contra la violencia y por la paz".