Basura

El 3 de junio, el diario Il Giorno revelaba una espectacular intriga internacional. El atentado de Alí Agca contra el Papa fue organizado por el KGB con el tácito consentimiento de la CIA. El día 5, Il Giorno admitió que la confesión atribuida al ex jefe de los servicios secretos búlgaros Konstantín Karadzhoz era, en realidad, la de un falso colaborador. ( ... )Este hecho nos lleva a una serie de reflexiones. Si en un país suceden verdaderas porquerías, cuando los periodistas intentan descubrir la verdad terminan sepultados por toneladas de basura. ¿Qué tienen que hacer en esos casos los periodistas? ¿Abandonar las investigaciones? ¿O buscar la verdad a costa de ensuciarse con la basura? Es un problema que se les plantea a todos los periódicos de aquellos países (Bulgaria, e incluso Italia) en los que los servicios secretos han ejercido un papel político contaminante. ( ... )

La credibilidad de la información estadounidense disminuyó precisamente después del caso Watergate. Es la paradoja del periodismo moderno: justo cuando alcanza su objetivo máximo, el control del poder, descubre que ha perdido la confianza de la gente. Cuando se plantea la pregunta "a quién beneficia la revelación de un secreto?", la transparencia del periodismo entra en crisis. En un contexto en el que el poder es sinónimo de intriga, la actuación del periodista resulta ser más sospechosa cuanto más se acerca al poder.

22 de junio