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Los líderes del Polisario abogan por la unidad nacional

Por primera vez desde la disolución de la Yemaa (la Asamblea popular saharaui), en 1976, representantes de las comunidades saharauis residentes en Canarias y Mauritania, dirigentes de las mismas conocidos por su afinidad al Frente Polisario e incluso, según los dirigentes independentistas, una delegación procedente de los territorios ocupados por Marruecos, mantenida oculta por el aparato de seguridad, se reunieron en la noche del lunes para participar en el octavo congreso del Frente Polisario. Sus dirigentes llamaron a la unidad nacional.

Hacinados en un colegio situado en el desierto sahariano al sur de Argelia, los más de 2.000 representantes saharauis protagonizan lo que consideran como el acto clave de la campaña interna que el movimiento de liberación de la ex colonia española del Sáhara Occidental libira, con vistas a la próxima celebración del referéndum de autodeterminación, a favor del voto por la independencia. Sus debates, además, serán el fruto de unos cambios que, según declararon fuentes polisarias a este periódico, podrían marcar el inicio de una nueva etapa en la existencia del movimiento. A estos augurios apuntaron las palabras del propio secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz, que en su discurso inaugural reconoció la necesidad de remediar los errores generados por las "fallas jurídicas" de las instituciones del Frente. La sala de actividades del colegio de enseñanza secundaria Doce de Octubre, una de las instituciones emblemáticas en los campos de refugiados de Tinduf, estaba abarrotada por más de 2.000 saharauis.Situados sobre un escenario, los siete miembros del comité ejecutivo (máximo órgano del Frente Polisario) compartían la tribuna de honor con cerca de 300 ancianos notables de tribu, miembros de la comisión de identificación que decidirá quién es saharaui y quién no, es decir, quién tendrá derecho al sufragio en las votaciones.

Fueron significativas las palabras del presidente de la RASD y hasta ahora secretario general del Polisario, Mohamed Abdelaziz, quien subrayó que la "batalla definitiva del destino" (el referéndum), se perfila como un "test para la conciencia colectiva saharaui" y no como "la elección entre el Frente Polisario y el reino de Marruecos, sino la elección entre la soberanía saharaui sobre su patria o la ocupación y la esclavitud".

Al hacer un resumen de los cambios experimentados por la coyuntura internacional (caída del telón de acero y "el nuevo orden internacional caracterizado por la consagración de la democracia"), Abdelaziz proclamó de forma oficial la marcha del futuro nuevo Estado hacia la democracia, el pluripartidismo, y una economía de mercado.

Entre los puntos a dilucidar se halla la supervivencia o no, tras el logro de la independencia, del Frente Polisario. Ante quienes consideran que el Frente sólo fue un instrumento para el logro de la independencia, pero que sería -negativo "que se transformase en una máquina política", se hallan quienes aseguran que pase lo que, pase, aunque se establezca el multipartidismo", siempre serán militantes del Frente.

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Elecciones

Otra cuestión es la referente a cuándo deberán celebrarse las elecciones una vez lograda la independencia. Para muchos dirigentes del Frente Polisario, los comicios democráticos deberían producirse tras un periodo de transición que oscilaría entre uno y tres años, que diera lugar a la "consolidación de las instituciones y del Estado".Además, este congreso saharaui tiene como telón de fondo el debate abierto en el seno del movimiento, que augura, según fuentes del mismo, "cambios determinantes" en su organización interna.

Según informaron fuentes del Polisario a este periódico, una de las propuestas que se debatirá prevé una reestructuración que reconduzca los poderes, considerados por algunos como excesivos, de los miembros del comité ejecutivo.

Además, se pretende ir más lejos, defendiendo la eliminación del propio comité ejecutivo y del buró, considerados ahora como restos de un pasado revolucionario poco adecuado a las necesidades y sensibilidades del momento actual. En su lugar se crearía un consejo nacional equivalente a un Parlamento dentro del cual se crearían comisiones para cada tema específico, a las que se podría pedir cuentas de su actuación en cualquier momento.

Este consejo nacional estaría integrado por miembros elegidos directamente de las dairas (municipios) y wilayas, excepto un 20% de sus miembros, cuyo nombramiento correspondería a un colegio electoral integrado por el presidente, el Consejo Supremo de Justicia y otras instancias. Dicho consejo nacional también ejercería un control sobre el Gobierno. El resultado de estos debates se reflejará en el nombramiento del nuevo Gobierno de los saharauis en el exilio, esta semana.

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