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Bush encabeza el homenaje de EE UU a las tropas vencedoras de la guerra del Golfo

Estados Unidos, encabezado por su presidente, George Bush, se sacudió ayer el llamado síndrome de Vietnam y rindió ayer un caluroso homenaje a los 541.000 efectivos que participaron en la Operación Tormenta del Desierto, con una asistencia popular masiva y entusiástica a un desfile militar conmemorativo de la victoria sobre Irak en la guerra del Golfo, que durante más de tres horas recorrió el sábado el centro de Washington. La policía local calculó que un mínimo de 200.000 personas, agolpadas a lo largo de la avenida de la Constitución, presenciaron la parada militar.

En el desfile intervinieron 10.500 hombres y mujeres en representación de los cinco servicios de las Fuerzas Armadas Norteamericanas -Ejército, Marina, Aviación, marines y guardacostas-, asi como de los servicios médicos, reservistas de la guardia nacional y marina mercante, que tomaron parte en el conflicto.El comandante supremo aliado, general Norman Schwarzkopf, el soldado más popular del momento en Estados Unidos, en uniforme de campaña, abrió el desfile a pie al frente de 350 hombres del Centcom, o mando central del Ejército norteamericano, en el que se encuentran situados los países del Golfo.

Al llegar ante la tribuna presidencial, protegida por cristales antibala, el presidente George Bush invitó a Schwarzkopf a ocupar un lugar de honor en la plataforma, donde también se encontraban el vicepresidente, Dan Quaylo; los secretarios de Estado y de Defensa, James Baker y Dick Cheney, respectivamente; el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Colin Powell, y los máximos líderes parlamentarios.

Todo el arsenal militar utilizado en la campaña, desde las baterías de misiles tierra-aire Patriot hasta los tanques de'68 toneladas Abranis MiA1, fueron desplegados en el desfile ante los aplausos de los centenares de miles de asistentes, llegados desde todos los puntos de Estados Unidos, que abarrotaban los dos kilómetros de recorrido de la parada.

Aviones y helicópteros

Entretanto, el cielo de Washington era surcado por 82 aviones y helicópteros en representación de las aeronaves que participaron en la guerra del Golfo. El desfile aéreo se inició con una pasada a velocidad reducida a cargo de dos cazabombarderos F-117, el famoso Stealth o avión invisible, que devastó las defensas aéreas iraquíes durante los bombardeos nocturnos que comenzaron la noche del 16 de enero.

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Previamente, Bush presidió un servicio religioso celebrado en el cementerio de Arlington en recuerdo de los 371 militares norteamericanos fallecidos durante la campaña, de los que 108 murieron en accidentes diversos o por fuego de las propias fuerzas.

En un breve discurso pronunciado ante un público compuesto principalmente por familiares de las víctimas, Bush expresó su esperanza de que el conflicto del Golfo fuera la última guerra", pero advirtió que "las Fuerzas Armadas Norte americanas están dispuestas a responder de nuevo" si se produjera una nueva agresión.

[El número total de víctimas de la guerra del Golfo, entre civiles y militares, no se ha establecido con precisión, si bien distintas fuentes cifraron en 100.000 los muertos iraquíes, y algunas organizaciones como Greenpeace la elevaron a 210.000, en un reciente informe presentado en Washington].

13 millones de dólares

El coste de las ceremonias celebradas ayer en Estados Unidos, que además del desfile comprendían una exhibición del maicrial militar, un refrigerio para las tropas participantes y sus familias y una traca final nocturna de fuegos artificiales, fue calculado por los organizadores en unos 13 millones de dólares (más de 1.300 millones de pesetas), de los que siete serían aportados por el Pentágono y el resto debía ser cubierto por donaciones de empresas y particulares.

El emirato de Kuwait y el reino de Arabia Saudí, cuyos embajadores en Washington ocuparon un lugar relevante en todas las ceremonias, se hablan comprometido a aportar un millón de dólares cada uno para hacer frente a la factura total.

No todo el país participó del entusiasmo de la multitud con gregada en Washington. En lla madas en directo a las emisoras de radio y televisión, varios comunicantes expresaron su protesta por la exhibición de material militar en las calles de Washington.

Según uno de ellos, este desfile equiparaba a la capital norteamericana "a la Plaza Roja de Moscú", en alusión directa al despliegue militar anual realizado en la capital de la Unión Soviética con motivo del aniversario de la Revolución de Octubre.

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