La banda busca cada vez más muertos
ETA tira cada vez más a matar. El creciente cerco policial y el cambio de métodos para perpetrar los atentados están llevando a la organización terrorista a buscar cada vez más víctimas. El cambio fundamental se produjo el año pasado, según las estadísticas, pero en menos de seis meses del actual año, la banda armada está cerca de rebasar su siniestro palmarés.Una comparación realizada por expertos de la lucha antiterrorista sobre tipo de atentados perpetrados en los últimos seis años demuestra que ETA busca cada vez más amontonar las víctimas. Así, ha pasado de los 153 atentados contabilizados en 1985, con un 39,37%, dirigidos contra personas, a sólo 105 acciones delictivas el año pasado. Pero en 1990 el porcentaje de los atentados a personas se había elevado al 65,05%.
Esta proporción es la más alta del período estudiado, a gran distancia del 50,66% de atentados personales perpetrados en 1988. El análisis de los métodos pone de relieve el deslizamiento de la organización terrorista hacia procedimientos cada vez más indiscriminados, especialmente las bombas.
El principal capítulo durante 1990 fueron los 20 artefactos contra empresas de capital real o supuestamente vinculado a intereses franceses. Le siguieron 18 explosivos camuflados como envíos postales, 12 coches bomba situados en las calles y 10 artefactos colocados en otros tantos automóviles, en la mayor parte de los casos pertenecientes a miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado.
La cifra de 25 muertos y 126 heridos causados en 1990 por ETA está a punto de ser rebasada este año. La escalada de ETA se inició el 2 de enero en San Sebastián con el asesinato a tiros del coronel Luis García Lozano, gobernador militar de Guipúzcoa en funciones. Desde entonces hasta anteayer, ETA ha matado a 20 personas.
Cinco de las víctimas eran niños o adolescentes; otras cuatro, esposas o hijos de guardias civiles; otros dos, ciudadanos que fueron acusados por ETA después de su asesinato de ser traficantes de drogas. Entre las víctimas hay también un guardia civil jubilado y un ingeniero de caminos, delegado de una constructora en Valencia.
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