Fernández Ordóñez arremete contra la colonización israelí de Cisjordania

El ministro de, Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, calificó ayer de "muy grave" la persistencia de la política israelí de creación de asentamientos en el territorio ocupado de Cisjordania, y no dudó en señalar que el mayor obstáculo al proceso de paz es "la negativa de los dirigentes israelíes a aceptar el principio de paz por territorios como interpretación válida de la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU".

El jefe de la diplomacia española pronunció estas palabras, las más duras con el Estado judío desde hace varios años, al inaugurar en Madrid el Seminario Regional Europeo de las Naciones Unidas sobre La cuestion palestina, en el que participaran a lo largo de toda la semana personalidades occidentales, árabes e israelíes. A estos dos pueblos enfrentados, el titular de Exteriores les invitó "a hacer aquello que pueda provocar en el otro reacciones simétricas que faciliten la construcción del futuro".A pesar de que, hasta ahora, judíos y palestinos no han vivido "unos junto a otros", sino "unos encima de otros, unos dominando a otros", Fernández Ordóñez se mostró moderadamente optimista.

"Creo que autodeterminación palestina y seguridad de Israel sí son compatibles, y por eso pienso que hay que buscar con imaginación la forma de conciliar ambos legítimos derechos". "Nunca como ahora se han dado tantas circunstancias que propician causa de la paz". En la lista de iniciativas que favorecen la paz no citó ni una sola vez a Israel.

Las críticas del ministro contra Tel Aviv contrastan con la moderación de su lenguaje durante su minigira de marzo por Oriente Próximo. El aparente estancamiento del proceso de paz en Oriente Próximo promovido por Estados Unidos y la condena por el Consejo de Seguridad de la política de asentarimientos explican, probablemente, acaso, el endurecimiento del discurso de Fernández Ordóñez, que recordó que "Europa quiere y debe estar presenta en la búsqueda de la paz".

Dos ocupaciones

El ministro intentó explicar también por qué la invasión de Kuwait por Sadam Husein "despertó simpatías entre las poblaciones de los mismos países árabes" que, sin embargo, no le apoyaban en el plano de los principios. "Las masas árabes vieron una contradicción en la forma diferente con que el mundo reaccionaba ante dos ocupaciones, la de Kuwalt y la de Palestina". Mientras en el primer caso el Consejo de Seguridad reaccionó con celeridad, en el segundo "permite que Tel Aviv haga oídos sordos desde hace demasiados años a la exigencia del cumplimiento de la resolución 242".A renglón seguido matizó, sin embargo, que ambas situaciones no pueden ser equiparadas, porque hacerlo "equivaldría a comparar cantidades heterogéneas".