El mapa político vasco se complica cada vez más
Con siete partidos políticos desparramados por las instituciones vascas y un sistema político y administrativo que ya de por sí tiene gran complejidad, las elecciones del pasado domingo han convertido la situación política en el País Vasco en la más enrevesada de todas.El cruce de intereses provinciales con las diferencias ideológicas ha causado en gran parte este resultado. Las puertas están abiertas para tejer cualquier tipo de acuerdo político, incluso los que eran considerados más inverosímiles hace apenas unos días.
Hablando en términos absolutos, sólo dos fuerzas con nombre propio pueden considerarse vencedoras en las elecciones municipales. Tanto el Partido Nacionalista Vasco (PNV) como Unidad Alavesa (UA) ganan votos claramente respecto a los comicios autonómicos celebrados de octubre.
El Partido Nacionalista Vasco experimenta además un aumento rotundo de más de 150.000 votos sobre las municipales y forales celebradas hace cuatro años. Gracias a ello, se refuerza en las alcaldías de Bilbao y Vitoria y en las diputaciones forales respectivas, aunque tendrá que pactar en todos los frentes.
La tercera fuerza ganadora en el País Vasco ha sido claramente la abstención, que de comicio en comicio va creciendo ininterrumpidamente en esta comunidad, hasta situarse por encima del 40%.
Para el resto de las formaciones políticas, la fotografía electoral es una copia de los resultados de las autonómicas, pero con matices. Herri Batasuna (HB), el PSE-PSOE y Euskadiko Ezkerra (EE) continúan su descenso en las tres provincias, tanto sí la comparación se establece con las anteriores municipales como con las autonómicas. El Partido Popular se limita a trasladar a los ayuntamientos el importante avance conseguido hace seis meses, cuando se celebraron las elecciones autonómicas en el País Vasco.
Eusko Alkartasuna (EA) sufre fuertes pérdidas en relación a las municipales anteriores. pero recupera votos, sobre todo en Guipúzcoa, con relación a las autonómicas. Puede mantener la alcaldía de San Sebastián y seguir presidiendo la Diputación de Guipúzcoa, donde queda como segunda fuerza, aunque a corta distancia de Herri Batasuna.
El debilitamiento de] voto de HB es patente, y ése es uno de los datos más significativos. Los demás partidos políticos reducen mucho su ventaja en Guipúzcoa, lo que les facilitará la posibilidad de pactar para mantener a la coalición en los bancos de la oposición en las Juntas Generales (Parlamento provincial).
El retroceso de Herrí Batasuna se produce tras el conflicto de la autovía de Leízarán, que unirá Navarra con Guipúzcoa, cuya construcción intenta impedir ETA.
HB pierde también alcaldías importantes como la de la localidad de Llodio (Álava) y la de Bergara, en la provincia de Guipúzcoa, en ambos casos, esta pérdida será rentabilizada por el Partido Nacionalista Vasco.
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