Una bomba en la cintura

Una suicida parece haber sido la autora del asesinato del ex primer ministro indio Rajiv Gandhi. La policía de Tamil Nadu tiene pruebas de que el artefacto que mató al líder del Congreso se encontraba en un cinturón de cuero que llevaba atado a la cintura una mujer desconocida. El explosivo plástico, de tecnología avanzada, debía de ser, según los expertos, propiedad de un grupo terrorista poderoso y con experiencia, de ahí que las investigaciones se dirijan hacia los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil (LTTE), una organización de la minoría tamil de Sri Lanka que lleva casi 10 años en pie de guerra contra el Gobierno de la mayoría zingalesa de la isla.Fuentes policiales indican que se ha encontrado el cinturón, los cables y las baterías made in Britain que fueron utilizadas para accionar el explosivo. Añaden que con toda probabilidad la suicida, que portaba un vestido de flores. conectó la bomba cuando, tras presentar a Rajiv Gandhl las flores, se agachó como si fuese a tocarle los pies, según una costumbre india que simboliza respeto hacia el líder.

El forense Chandra Sekharan, que ha examinado los cuerpos de las 16 personas, incluido Gandhi, muertas en el atentado, afirma que el de una mujer de mediana edad sin identificar quedó partido en dos con los intestinos lanzados por los aires a varios metros del lugar. Sin embargo, la cara y las piernas están intactas, lo que, según el doctor, echa por tierra las anteriores especulaciones de que se trataba de un artefacto explosivo de control remoto escondido en el cesto de flores o de una mina bajo la alfombra roja.

El cinturón, de ocho centímetros de ancho, parecido a los que utilizan las personas que sufren problemas en la columna vertebral, presenta diversas quemaduras entre las que han quedado restos del salivar kami -una especie de camisola grande que utilizan las mujeres de esta zona sobre los pantalones- verde y rojo que llevaba la mujer, cuya identidad sigue sin conocerse.