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Lech Walesa pide perdón a Israel por los polacos que persiguieron a judíos

El presidente de Polonia, Lech Walesa, pidió ayer solemnemente perdón ante el Parlamento israelí por los polacos que han perseguido judíos. Walesa dijo textualmente: "Hubo gente entre los polacos que hizo el mal. Aquí, en Israel, la cuna de vuestra cultura y de vuestro renacimiento, os pido perdón".

Lech Walesa llegó ayer a Israel en su primera visita oficial, acompañado de varios ministros y personalidades polacas. Permanecerá cuatro días como huésped de su homólogo israelí, Haim Herzog. Walesa fue invitado al Parlamento para dirigirse a los diputados.Como prevé el protocolo parlamentario israelí, el discurso de Walesa fue respondido por tres diputados: el presidente parlamentarlo; el primer ministro, Isaac Shamir, y el líder laborista, Simón Peres. Los tres nacieron en Polonia.

Por este motivo a nadie extraño que las tres alocuciones estuvieran repletas de emoción y como evocación a las relaciones milenarias judeo-polacas. Una coexistencia trágica a veces, dolorosa, pero también rica y creadora. Shamir y Peres destacaron la importancia de la visita, que refleja un giro importante entre los dos pueblos, no tanto porque se hable de "relaciones entre iguales", sino por la relación "entre dos Estados libres y democráticos".

Walesa hizo un discurso breve, pero apasionado. Apeló al espíritu de justicia de Israel y pidió que el pueblo judío se acuerde no sólo de las páginas negras, sino de los capítulos más hermosos de la vida judía en Polonia. Recordó que también el pueblo polaco fue perseguido por los nazis, "aunque nuestros destinos no hayan sido comparables bajo Hitler". Al evocar los sufrimientos judíos en Polonia, Walesa pidió perdón en nombre de su pueblo, pero recordó la ayuda aportada por numerosos polacos a los judíos perseguidos por los nazis. La visita del presidente polaco ha suscitado en Israel un gran interés y una intensa emoción.

Por una parte, hay una gran satisfacción, vista como una especie de revancha contra los antisemitas polacos pasados, presentes y futuros, al ver al jefe del Estado polaco inclinarse ante la tumba del soldados desconocido y poner una corona de flores en la tumba de Theodore Herzl, visionarío del Estado judío. Por otro lado, hay un deseo, en especial para los judíos de origen polaco, de pasar una página histórica y conseguir la reconciliación, ampliamente deseada, salvo para unos cuantos recalcitrantes antipolacos.

De todos modos, no es fácil para los israalíes olvidar que en 1940 vivían en Polonia tres millones de judíos, la mayor población judía en Europa, y que la mayor parte de ellos fueron exterminados por los nazis en los campos de concentración en suelo polaco.

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