Los inspectores afirman que el 40% de los datos del nuevo padrón serán falsos

Los inspectores que ha contratado el Instituto Nacional de Estadística (INE) para revisar el censo de población de Madrid, que se actualiza cada 10 años, consideran que la veracidad de su trabajo ha quedado limitada al 60% por fallos en la estructura de los cuestionarios y por la falta de preparación de los encargados de la comprobación, así como por los inconvenientes que han puesto los vecinos para facilitar algunos datos. Los encargados estiman que al término de sus contratos sólo estará acabado un 70% del trabajo, aunque cifran en un 60% lo que realmente estará "perfectamente hecho; el resto será una falacia y apreciaciones personales".Fuentes del INE creen que estas protestas encubren reivindicaciones salariales, y que los encargados no tienen criterlos suficientes como para formular estas críticas.

La denuncia llega dos días después de finalizar el plazo dado por el INE para entregar las hojas de inscripción padronal. Los confeccionadores del censo de población y vivienda de 1991 han aprovechado la situación, y la inminencia del día 22 -fecha en que expiran sus contratos-, para evidenciar los problemas sufridos desde que el 1 de marzo empezaron su tarea.

La primera protesta se centra en la poca formación que se les ha facilitado y en los contradictorios criterios de la dirección. Además ponen en tela de juicio la decisión de ampliar la fecha de entrega de los cuestionarios. Este hecho, junto a la falta de espacio en las oficinas censales, ha provocado colapsos por acumulación de cajas de impresos.

Plazos ampliados

Los encargados reivindican más agilidad en los pagos y que se aseguren las primas prometidas en su día por cumplir los plazos previstos, que más tarde se ampliaron.José Luis Rodenas, director del INE en Madrid, ha indicado que "el 31 de mayo, el censo estará bien acabado". Rodenas explica estas denuncias como "la presión de un frente común para que se prolonguen los contratos".