Abdelmeguid, ministro egipcio de Exteriores, nuevo secretario general de la Liga Árabe
La elección unánime de Esmat Abdelmeguid como secretario general de la Liga Árabe, culminó ayer la recuperación por Egipto del liderazgo árabe. Con todo, el interés de la reunión de ministros de Exteriores, la primera desde que concluyera la guerra del Golfo, se centró en las conversaciones de pasillo y los contactos fuera de agenda.
No hubo sorpresas. Abdelmeguid era el único candidato y aunque sólo necesitaba dos tercios de los votos (14 sobre 21 miembros), su país se había garantizado de antemano la unanimidad. Incluso Irak, que rompió relaciones diplomáticas con Egipto durante la crisis, terminó por aceptar el acuerdo de la mayoría. Todo un éxito para las labores de cabildeo de la diplomacia egipcia,Abdelmeguid, de 68 años, sustituye al frente de la organización panárabe al tunecino Chadli Klibi, quien dimitió el pasado setiembre por discrepancias surgidas a raíz del regreso de la sede de Túnez a El Cairo.
La capital egipcia, emplazamiento de la Liga desde su creación en 1945, perdió ese honor en 1979, tras la firma de la paz con Israel.
La política exterior egipcia ha luchado desde entonces por este retorno triunfal, en gran parte obra del propio Abdelmeguid que ocupaba la cartera de Exteriores desde 1984. Ahora, con cinco años de secretario general por delante, el artífice de la recuperacion de Taba, ocupado por Israel, ha presentado su dimisión al presidente Mohamed Hosni Mubarak.
"Mi misión principal, durante el próximo periodo, será restaurar la confianza y sanear el clima interárabe, requisito necesario antes de emprender cualquier acción seria", declaró el nuevo secretario poco después de jurar su cargo.
Precisamente, esa ausencia de fe en que la Liga sea el marco adecuado para discutir los problemas interárabes, motivó que el rnayor interés de la convocatoría estuviera centrado en las reuniones paralelas.
Acudieron a El Cairo todos los ministros de los países miembros, a excepción de Somalia e Irak, que envió al ministro de Estado, Mohamed al Sahaf, quien se enzarzó en un intercambio de acusaciones con el jefe de la diplomacia kuwaltí, jeque Saleín al Sabaj.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.