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URSS y China se aproximan para contrarrestar la hegemonía de EE UU

El secretario del Partido Comunista Chino (PCCh), Jiang Zemin, comienza hoy una visita oficial a la Unión Soviética que pone el broche a la normalización de relaciones entre los dos países, que intentan contrarrestar con su acercamiento la hegemonía de Estados Unidos.

Esta visita, que es la primera que un secretario general del PCCh efectúa a Moscú desde que en 1957 lo hiciera el gran timonel, Mao Zedong, es la devolución de la que en mayo de 1989 hizo el líder soviético, Mijaíl Gorbachov, a un Pekín congestionado por los manifestantes en favor de la democracia, luego brutalmente reprimidos.Desde entonces las relaciones bilaterales entre los dos grandes comunistas del mundo han experimentado una mejora significativa, tanto política como comercialmente y de cooperación, pero también se han visto condicionadas en cierta medida por factores ex ternos con la caída de los regímenes comunistas del Este de Europa y el resurgir del liderazgo mundial de Estados Unidos, temido por China.

Aunque no se espera la firma de acuerdos importantes entre los dos países, la propaganda china presenta esta visita como un hecho histórico que tiene una importante significación" debido a que unas buenas relaciones entre ambos países afectan positivamente a "la paz y la estabilidad" en el mundo.

El poco carismático líder chino recordaba hace unos días a la prensa soviética que China y la URSS son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por lo que comparten una importante responsabilidad en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la región asiática y del Pacífico y en el mundo entero".

Fuentes diplomáticas occidentales en Pekín dan en cierta medida la razón a los analistas políticos que aseguran que Pekín quiere ahora acercarse a Moscú para contrarrestar el peligro del hegemonismo estadounidense, que en los últimos meses citan periódicamente, sin mencionar a Washington, los líderes chinos, y al tiempo utilizar ese acercamiento como posible moneda de cambio. Por parte soviética, en apuros internos y un tanto decaí da su influencia internacional, la normalización de relaciones con China puede suponer también un argumento de peso frente a Estados Unidos en los foros mundiales y en sus relaciones bilaterales, según este análisis.

Problema fronterizo

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Al margen del incremento de los intercambios comerciales chino-soviéticos, multiplicados en los últimos dos años con las múltiples visitas de importantes líderes de ambos países, y de los acuerdos firmados en materia de cooperación cultural, educativa y científico-técnica, aún quedan dos asuntos pendientes que son la desmilitarización y la delimitación de algunas zonas de su frontera común, de más de 7.000 kilómetros, y el deseo chino de comprar armamento soviético.

A principios de mes se registró otra visita histórica en Pekín, la del mariscal Dimitri Yazov, la primera que hacía a China un ministro de Defensa soviético, en la que se trataron esos dos temas. China ya había mostrado el pasado año su deseo de adquirir entre 20 y 30 aviones de combate soviéticos SU-27 y Mig-29.

El ministro soviético se refirió a la celebración en junio de la cuarta ronda de negociaciones sobre desarme en la frontera común. China afirmó que ambas partes habían resuelto las cuestiones de soberanía en algunas zonas en disputa, pero los soviético s no fueron tan categóricos al señalar que se había alcanzado un acuerdo de principio en la demarcación de la frontera oriental, pero había aún "partes difíciles" en la occidental.

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