Abortado un intento de fuga en helicóptero de la cárcel de Ocaña
La evasión del preso francés Joel Vervliet de la prisión de Ocaña por medio de un helicóptero fue abortada ayer por un funcionario de prisiones que redujo al recluso cuando intentaba salir al patio del centro donde iba a ser recogido. El aparato había sido alquilado por la mujer del recluso, Josefine Assi, que amenazó al piloto con una pistola para que realizase la operación. Finalmente, la mujer huyó y a medianoche de ayer no había sido detenida.
El incidente tuvo lugar a las 11.25 de ayer. El helicóptero sobrevoló varias veces el complejo penitenciario de Ocaña, que comprende las prisiones Ocaña- 1 y Ocaña-2, y descendió en el patio del primero de los centros, donde llegó a situarse a dos metros del suelo, sin llegar a posarse en ningún momento. El aparato permaneció suspendido en esa posición durante ocho minutos, mientras la Guardia Civil que custodia la prisión permanecía en estado de máxima alerta, pero sin intervenir.Assi, una siria de 42 años nacionalizada francesa, esperaba a su marido Joel Vervliet, parisino de 40 años, que se encontraba en la enfermería en el momento en que el helicóptero se acercó a la zona. El ciudadano francés esperaba ser trasladado en ambulancia al hospital penitenciario de Carabanchel, donde iba a recibir tratamiento para una dolencia.
Al llegar el helicóptero, Vervliet agredió a un funcionario que le custodiaba para intentar acceder al patio a través de una ventana, pero éste forcejeó con él y ayudado por otros vigilantes consiguieron sujetar y reducir al interno.
Al observar que Vervliet no conseguía salir al patio, la mujer ordenó al piloto que se dirigiera al Cerro de los Angeles, donde aterrizaron en un claro. La mujer abandonó el helicóptero y se metió entre unos árboles y el piloto la perdió de vista. Se sospecha que se dió a la fuga en un automóvil que había dejado estacionado en las inmediaciones. A medianoche de ayer, la mujer no había sido todavía localizada.
La historia había comenzado a las 9.30 horas en el aeródromo de Cuatro Vientos. Allí, una mujer, rubia y de rasgos árabes, que hablaba muy mal español, alquiló un helicóptero privado de la compañía Hispánica de Aviación para dar un paseo turístico por la sierra.
Para dos mujeres
El aparato había sido alquilado para dos mujeres, según informó un portavoz de la companía, pero finalmente se presentó sólo la secuestradora y mucho antes de la hora. El piloto pensaba someterla a una inspección, pero finalmente no lo hizo.
La gira se inició por la sierra de Madrid y El Escorial y después volaron al Cerro de los Angeles. Cuando llegaron a este último punto, la mujer apuntó al piloto con una pistola y le obligó a dirigirse a Ocaña. El piloto accionó un transpondedor (emisor de señales electrónicas) en clave de nave secuestrada, pero desafortunadamente nadie captó el llamamiento. La descripción de la mujer, facilitada por el piloto del helicóptero, coincide con los de la esposa de Vervliet, según fuentes policiales. Ella, según las mismas fuentes, ya protagonizó una operación de fuga de su marido por el mismo procedimiento en el penal de El Puerto de Santa María (Cádiz) que tampoco tuvo éxito.
Vervliet, al que se le presumen vinculaciones con la mafia de Marsella, fue detenido el año pasado como consecuencia de una orden de busca y captura dictada por un juez francés. Internado en la cárcel de El Puerto, fue trasladado a Ocaña en diciembre de 1990. En la actualidad está a la espera de juicio en España por tenencia ilícita de armas, ya que en el momento de ser detenido le fue ocupada una pistola. Francia tiene formuladas tres peticiones de extradición. Tras tener conocimiento del intento de fuga, la policía organizó una operación de búsqueda de la mujer, tratando de seguir el rastro desde el Cerro de los Ángeles, aunque, por el momento, el despliegue policial ha resultado infructuoso.
Típicamente galo
El procedimiento de fuga por medio de un helicóptero que aterriza en el patio de la prisión es típicamente francés. Ya en 1981, dos reclusos se evadieron por ese sistema de la cárcel parisina de Fleury Merogis. Dos amigos suyos secuestraron al piloto de un helicóptero que previamente había sido alquilado. La operación duró un minuto y fue tan limpia que se puso de moda entre los hampones de la mafia marsellesa. Así, se han realizado varias fugas con éxito en la prisión de la Santé (París) y en Lannemezan (sur de Francia).
En España el procedimiento había sido proyectado por ETA para intentar liberar al ex jefe del comando Madrid, Ignacio de Juana Chaos. La policía desbarató la operación cuando todavía estaba preparándose.
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