Un 'agujero' de 1.000 millones en Londres enfrenta al consejo de la CECA

La necesidad de dotar un agujero de 1.000 millones de pesetas para créditos que se dan por perdidos ha provocado un profundo malestar y una fuerte discusión en el consejo de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) que en su última sesión conoció este hecho, según fuentes cercanas al mismo. La dirección general de la CECA, se ha comprometido a presentar un plan de cierre de esta oficina que en principio estaba destinada a ser la plataforma de expansión internacional de la confederación en base al informe McGroup aprobado por el propio consejo

La última reunión del consejo de la CECA celebrado en la tercera semana de abril fue movido. El director general adjunto para todo el área financiera y máximo responsable de la oficina, José Antonio Olavarrieta, presentó un informe sobre la marcha de la oficina de Londres, a la que se estaba siguiendo con lupa después de que hace un año se conociera que debía hacer dotaciones para créditos que se otorgaron sin conocimiento de la sede central y sin las necesarias garantías documentarias.Germán Pérez Ollauri, director general de la CECA, dijo entonces que la necesidad de aprovisionamiento de créditos eran tan solo de 130 millones de pesetas. En aquella ocasión fue una inspección del Banco de España la que descubrió esta necesidad. La CECA relevó fulminantemente al director de la oficina desde su creación, Luis Castilla Kothe, por el actual director Joaquín Bonet, una persona de la confianza de Olavarrieta desde que éste era el responsable de tesorería del First Chicago en España.

Posible cierre

El descubrimiento de este agujero es un duro golpe para los planes de expansión de la CECA que quería basar su desarrollo precisamente en esta oficina que cuenta con un equipo de cerca de 40 personas. Dentro de la última reunión Olavarrieta presentó un informe para potenciar esta oficina donde se contemplaban pérdidas importantes en los próximos dos años para remontar después. Pero varios consejeros señalaron que en vez de potenciar la oficina sería mejor cerrarla y se encargó al director general un estudio para de limitar el coste de cierre. Germán Pérez Ollauri ha reconocido que se han iniciado los trámites jurídicos ante los tribunales ingreses para reclamar la devolución de los créditos a una serie de clientes que ahora componen la cartera de morosos y fallidos de la oficina. Asimismo señala que posiblemente se ha equivocado la estrategia de la oficina en cuanto al tipo de clientela a la que financió sus proyectos.

Pérez Ollauri reconoce la necesidad de efectuar estas dotaciones que ya se han incorporado a la cuenta de resultados del ejercicio de 1990 en el que la CECA ha obtenido unos beneficios de 3.314 millones de pesetas.

Uno de los problemas mayores a la hora de calibrar el problema y las posibles consecuencias de las operaciones que ha efectuado esta oficina es la falta de documentación en muchos de los expedientes de créditos, según medios cercanos al consejo.

El próximo consejo de administración de la CECA el próximo día 22 de este mes puede decidir sobre el futuro de esta oficina que en este ejercicio se ha comido la tercera parte de los beneficios de la Confederación.