González afirma que España "tomará otro rumbo" si no hay avances sobre Gibraltar

El presidente Felipe González cree haber encontrado, por parte del primer ministro británico, John Major, "una actitud abierta" respecto a la reivindicación española sobre Gibraltar. Aún así, González advirtió que, si se mantiene el actual bloqueo, España tendrá "que tomar otros rumbos", que no quiso adelantar, con relación a este contencioso.

González mantuvo su tono de firmeza en la conferencia de prensa que dio en Londres a mediodía de ayer, en el segundo día de su visita. Previamente desayunó con la plana mayor del prestigioso diario económico Financial Times y después asistió a un almuerzo en la Cámara de Comercio española y a una reunión con la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes. A última hora de la noche regresó a Madrid.En términos parecidos a los del discurso que pronunció el martes por la noche en la cena con que le obsequió John Major, González insistió en que "la pervivencia colonial" es un "escollo para el desarrollo" de la relación bilateral y sólo así se explica que en nueve años de mandato sea éste su primer viaje oficial al Reino Unido, mientras que desde 1982 ha visitado a los demás grandes socios europeos de España cuatro o cinco veces.

Para superar el "escollo", el jefe del Ejecutivo reconoció haber hecho en Londres "sugerencias" discretas inspiradas en "fórmulas imaginativas", sobre las que rehusó dar detalles. Entre estas propuestas no figura, según el titular de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, la de la cosoberanía, evocada hace anos por la diplomacia española y consistente en introducir en el Peñón un sistema similar al de Andorra.

El conflicto del aeropuerto

Pero si estas ideas no prosperan, "si no se pueden articular políticas, como la de los acuerdos bilaterales" o comunitarios sobre, por ejemplo, la utilización conjunta del aeropuerto del Peñón, pactada en 1987 y que aún no ha sido puesta en práctica por la oposición del ministro principal de la colonia, Joe Bossano, entonces, advirtió González, "se corre el peligro de que quede en letra muerta el espíritu" de Bruselas, que en 1984 permitió el inicio de conversaciones hispano-británicas sobre Gibraltar.

¿Adoptará entonces el presidente una actitud agresiva? "No", a pesar de que Bossano sí hace declaraciones en este sentido. "La política gesticulante es inconveniente", dijo González. Si persiste la negativa de Bossano a permitir la utilización conjunta del aeródromo gibraltareño, la respuesta española consistirá entonces, amenazó veladamente González, en construir unilateralmente otro del lado español de la verja, vaciando de contenido al que ya existe en la colonia. "Habrá que resolver" ese contencioso, "aunque sea por una vía menos razonable económicamente".