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Sir Leon Brittan

El guardián europeo de la competencia

Sir Leon Brittan, vicepresidente de la Comisión Europea, llega hoy a Madrid con la intención de apaciguar las tensiones que suscita este guardián de la libre competencia. El alma liberal de la CE busca el diálogo con Gobierno y empresarios después le meses de acumular conflictos por las ayudas de Estado y el retraso en el desmantelamiento de os monopolios de Campsa y Tabacalera. "Mi trabajo", afirma, "es hacer que la industria española esté preparada para competir en igualdad de condiciones, y desde ese punto de visa yo soy un amigo de España".Como jefe de la cuatro (la Dirección General de la Competencia, en el argot de la CE), Brittan es el encargado de hacer respetar la autoridad supranacional de la Comunidad. Desde le puesto mantuvo un pulso político con el primer ministro francés, Michel Rocard, por las subvenciones a Renault.

Con España no faltan los problemas. "El viaje tien el objetivo de aliviar tensiones y mejorar los contactos", coinciden tanfo fuentes de la Comisión europea como del Gobierno. Pero Brittan se interpuso en la venta de Enasa y hace sólo unos días obligó a Telefónica a diversificar sus compras y a vender sus acciones en Alcatel y Telettra. Desde hace meses presiona a España para que acelere el fin del monopolio de Campsa, al que le ha introducido una cuña al autorizar la entrada de la compañía francesa Elf en Ertoil y CEPSA. En la carpeta de conflictos figuran también las ayudas públicas a diversas empresas, la nueva reestructuración del naval o la reducción de un 22 5 en las plantillas del carbón.

Hijo de un médico judío emigrado de Lituania, Brittan pertenece a la élite británica de los ex alumnos del Trinity College de Cambridge. Cuando en enero de 1989 llegó a Bruselas a hacerse cargo de la política de la competencia e inversiones financieras, este comisario de 51 años tenía en su currículo el haber sido dos veces ministro de Comercio e Industria por haber elegido la opción estadounidense para resolver la crisis de la empresa británica Westland. Michael Heseltine, entonces ministro de Defensa, forzó la opción europea.

Thatcher le eligió para sustituir en la CE a lord Cockfield, que a juicio de la dama de hierro se había convertido en europeísta. Sin embargo, Brittan es in defensor convencido de la unión monetaria y de una defensa europea. Llamado en su lía "caniche de la primera ministra", hoy, como guardián de a CE, se ha ganado algunos nemigos entre comisarios y miistros por su afán de protagoismo -su debilidad es apareor en el Financial Times- o su implacable actitud con el advesario.

Leon Brittan viene a Madrid proclamar los principios de la bre competencia ante el presiente de la CEOE, José María Cuevas, y un grupo de "empresarios importantes con intereses comunitarios directos". Antes, con el ministro de Industria, laudio Aranzadi, tendrá ocasión de discutir los numerosos problemas de ayudas públicas se enfrentan al Gobierno con la Comisión Europea. A Carlos Solchaga, sin embargo, le pedirá que flexibilice su postura con vistas a la liberalización de inversiones financieras.

La visita reflejará las dos caras de sir Leon en Castilla: "Dialogante y negociador" para unos, "arrogante y distante" según sus adversarios. A los empresarios les halagará con su tesis de que "el mercado es el mejor camino para la prosperidad", pero arrugará el ceño ando recuerde que a partir de 1993 las subvenciones no serán eradas y que habrá que competir en condiciones de igualdad con alemanes y holandeses.

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